Max Verstappen se ganó en Brasil su cuarta corona

Matemáticamente no es así, cierto. Pero a falta de tres Grandes Premios no se puede imaginar otro resultado… salvo que lo excluyan del campeonato.  La diferencia que debe remontar Lando Norris es 62 puntos cuando quedan 86 en juego. No debería extrañarnos que Max cantará el ‘alirón’ en Las Vegas… a no ser que la ciudad del juego prolongue la incertidumbre…  la esperanza improbable de un milagro.

De 17º a victoria. Max fue implacable e impecable. Es cierto, las banderas rojas que por la mañana le habían colocado en situación delicada en la Clasificación, cayendo en la Q1, se alió con él en carrera.

En el exigente Interlagos, en condiciones adversas, firmó una de las mayores remontadas de la historia de la F1

Victoria ‘redentora’ porque no ganaba desde el G.P. de España, es decir desde hacía 11 Grandes Premios, prácticamente media temporada.

Pero sobre todo una victoria que deja las cosas muy claras: es el mejor piloto en pista en este momento. No lo olvidemos, el Red Bull no es en este momento el mejor coche… aunque quizás Giampiero Lambiase hiciera que el coche de Max fuera el que mejor se adaptara a las condiciones.

Pero Max dio una soberana lección, con un festival de vueltas rápidas final que llegó a inquietar a su ingeniero. Fue como su quisiera dar salida a una rabia contenida. Muchos no se cuestionan si la bandera roja le ayudo… creen que, de cualquier forma, hubiera ganado.

Max dejó claro que es un ‘killer’. No está en F1 por la gloria, sino para ganar, se sabe el mejor y ejerce como tal, no le pillarás en un renuncio… tiene esa ‘mordiente’ que quizás el talento de Lando Norris no es capaz de neutralizar.