La FIA quiere que la F1 del futuro "siga siendo relevante para los coches de calle"

Cuando llegue el vuelco a la normativa, el Gran Circo sufrirá muchos cambios. Ya no serán los mismos coches que conocemos. Tendrán mayor dependencia de la energía que genere la batería, y habrá una división del 50-50 entre energía eléctrica y la que genere el motor de combustión interna. Así que es necesario estar atento al desarrollo de la tecnología de las baterías para que los fabricantes de coches no pierdan el interés en la competición. Porque, básicamente, están vitando hacia automóviles totalmente eléctricos. 

A largo plazo, no obstante, podría pasarse a la propulsión por hidrógeno, siempre y cuando sus características sean adecuadas para las carreras. De hecho, la FIA y la F1 ya se han reunido con Extreme H para hacer un grupo de trabajo para elaborar un informe sobre esta casuística. Pero eso, de todas formas, no quiere decir en ningún momento que tengan el futuro asegurado. Sólo es una primera toma de contacto para el futuro. 

El responsable de monoplazas de la FIA ha insinuado que, a fin de cuentas, lo principal es conseguir que los fabricantes sigan viendo valor en la competición. Y ellos lo pueden apoyar con diferentes normativas. 

"El paso para 2026 está definido, pero lo que hagamos en el siguiente paso después todavía está en discusión", ha explicado, de acuerdo con las palabras que recoge Motorsport. "Todavía hay muchas opciones sobre la mesa, ya sean combustibles eólicos más sostenibles, hidrógeno, en lo que estamos trabajando mucho en la FIA, o más electricidad. Pero siempre queremos seguir siendo relevantes para lo que quieren hacer los fabricantes de automóviles que participan. No podemos ir en una dirección completamente aleatoria que no esté relacionada con el coche de carretera", ha añadido.

"Tenemos que seguir siendo relevantes para la carretera, ese es el objetivo clave, y creo que cualquiera que se pasee por el paddock puede ver que hay una gran cantidad de retos que abordar", ha apuntado Tombazis. 

Cabe destacar que la Fórmula 1 se ha marcado de plazo hasta 2030 para el objetivo de cero misiones de carbono. La idea es que las unidades de potencia turbohíbridas sean el elemento central. Pero, claro, hay que tener en cuenta que en la huella de carbono de la competición, las emisiones de los monoplazas representan un porcentaje menor. 

"El elemento de los coches en sí, como proporción de la huella de carbono total, es muy bajo, creo que inferior al 2%", ha explicado. "Así que es obvio que nuestra responsabilidad general con el deporte tiene que abordar también el otro 98%, y eso tiene que cubrirse con la logística, los materiales, el número de componentes, los calendarios... un montón de cosas", ha reflexionado.

"Pero la parte del coche es importante desde el punto de vista tecnológico, en relación con que los fabricantes que participan puedan trabajar en tecnologías y demás", ha sentenciado dándole mucha más importancia.