La elección clave: ¿presente o futuro?

De nuevo, los equipos deben decidir qué hacer. En otro, los austriacos, que hacer con Horner. Las decisiones que se tomen tienen mucho que ver no ya para este año sino en clave 2025 y si me apuran 2026.

Los análisis que ofrezcan los equipos técnicos, los problemas y las posibles vías de solución deben estar en manos de los ‘ingenieros financieros’ lo antes posible para que estos dediquen lo que se puede y lo que no se puede hacer en función del límite presupuestario. Porque apostar y en qué aspectos sacrificar.

No se trata sólo de ganancia en tiempo de vuelta o ritmo de carrera que aporte una solución determinada, sino cómo afecta esta al equilibrio del coche y sobre todo, que cuesta en tiempo y dinero.

Todos los equipos tienen un departamento de análisis de costes.  Han tenido que implementarlo. No se trata sólo del I+D, sino de lo que cuesta fabricar las piezas, tener recambios y echar a la basura los recambios que ya no se van a utilizar.

Pero todo ello teniendo muy en cuenta que en 2026 hay unas reglas nuevas, cambio drástico en lo que a chasis y aerodinámica se refiere. Coches más pequeños, más ligeros, aerodinámica activa. Se entra en un nuevo ciclo técnico que, en los últimos tiempos, también significa un nuevo ciclo deportivo.

Oficialmente nada se puede probar en el túnel hasta el 1 de enero de 2025, pero el concepto tiene que quedar claro a lo largo de este año y ello implica tener que dedicar una parte no desdeñable del presupuesto de I+D al estudio conceptual del modelo de 2026.

Red Bull esto lo tiene fácil. La ventaja acumulada le permite sacrificar desarrollos y evoluciones, como hizo el pasado año, para centrarse en el RB20. He aquí una de las claves del salto adelante dado pese al hándicap que tuvieron en horas de túnel y simulación no sólo por ser campeones sino por la ‘multa’ que les fue impuesta por haber superado el techo presupuestario en 2021.

La mayor parte de equipos, al menos los que han introducido cambios importantes con respecto a 2023, han pensado en que el coche recién estrenado debe durar dos temporadas. Todo porque cara a 2026 el cambio conceptual será tan radical que requerirá emplear todas las horas de túnel y que poco de lo que se haga para el coche de 2025 servirá.

La tentación de fiarlo todo a 2026 puede ser fuerte. Cara al ese año hay motores nuevos pero Red Bull toma un riesgo importante al hacer su primer motor propio y eso puede pasar factura. Aunque han reunido a un grupo de hombres experimentados, como motorista deben implementar su propia cultura. Es algo que lleva tiempo.

Y este detalle deberá tenerse en cuenta. Sobre todo, a partir de media temporada, una vez se hayan introducido las primeras evoluciones, ya previstas en muchos casos. Las decisiones, por lo tanto, no se tomarán en clave de presente, sino de futuro. A todos los jefes de equipo les gustaría tener una bola de cristal para adivinar el futuro.