Historias de F1: de fijarse en las tribunas a hacerlo en las pantallas gigantes; de Fangio a Alonso

Y en Mónaco puede ser todavía más importante que en otros lugares. Sobre todo para evaluar la posibilidad de que haya un ‘safety’ o un VSC y decidir entrar o no entrar. Por supuesto, los tácticos del equipo están muy atentos, pero Fernando quiere su propia visión.

Lo que sucede en el entorno de la pista, aunque sea sólo con una visión fugaz, tiene gran importancia. Lo dejó muy claro en 1950 Juan Manuel Fangio en este mismo trazado.

Fangio tomó el mando en la arrancada y Farina le seguía, intentando no perder la estela. Sólo que en Bureau du Tabac Farina golpeó el muro; su coche rebotó en él y quedó inmóvil en el centro de la pista. Villoresi pudo sortearlo milagrosamente, pero Froilán González no; el impacto fue tan brutal que reventó el depósito de gasolina del coche del argentino.

Franco Rol, Maurice Trintignant,  Cuth Harrison, ‘Toulo’ de Graffenried, Harry Schell, Louis Rosier, Robert Manzon, Luigi Fagioli y Nino Farina abandonaron de inmediato.

Froilán lo hizo en la siguiente vuelta al incendiarse su coche en la curva del gasómetro y, aunque pudo salir a tiempo, su ropa empezó a arder. El argentino se frotó contra el muro de la curva para apagar el fuego.

Mientras, muchos pilotos quedaron bloqueados, con los controles sin saber qué hacer y sin mostrar banderas. Y con todo esto, llegaba Fangio como líder solitario. El argentino frenó violentamente y consiguió evitar chocar contra el ‘muro de chatarra’ de los nueve coches, uno de los mayores ‘pile up’ de la historia de la F1.

Fangio explicó después la razón por la cual frenó, pese a que el incidente no era visible. "Vi a los espectadores de la tribuna, que no me miraban". Pensó: si no miran al líder, que está llegando, es que debe haber algo más interesante al salir de la curva.

Fangio había estado reparando fotos de años anteriores en Mónaco y quedó impactado con una de 1936, en la chicane tras el túnel. Hubo la combinación de la lluvia y la pérdida de aceite del coche de Mario Tadini; los Mercedes de Louis Chiron, Manfred Von Braunschitsch y Luigi Gagiola junto al Audi de Bernd Rosemeyer, el Alfa de Giuseppe Farina y el Maserati de Eugenio Siena acabaron su carrera allí.

Fangio señaló que sólo vio el caos, "cuando me detuve en la curva. La barandilla me impidió verlo antes". Fangio supo sortear a los coches detenidos y proseguir su carrera hacia la victoria.

En esta ocasión de 1950 no hubo aceite en pista, sino agua. Una ola saltó por encima del muelle y mojó parte de la pista.