Ferrari tiene 'sprint', pero no tiene ritmo

Es como un corredor de 100 metros lisos a quien le piden no ya correr la maratón, sino los 800 metros. Le falta resuello y a mitad de distancia está ahogado. Le sucede lo mismo que a un sprinter intentando ascender al Tourmalet en el pelotón de cabeza: llega la pájara.

Lo vimos en Barcelona. Con los blandos, Sainz pudo mantener buen ritmo… pero las agotó diez vueltas antes que sus rivales. Con las medias, la cosa fue peor. Y las duras… bueno, sus rivales directos no tuvieron que recurrir a ellas en el último stint.

Carlos señala que Barcelona no es una pista que les convenga… Pero, por otra parte, es la pista de referencia: si un coche va bien aquí, va bien en todos los sitios. Pero Sainz se refería a que es una pista de alta degradación, que amplifica los problemas de degradación de las gomas, de conseguir mantenerlas en la ventana idónea de funcionamiento.

Durante la primera parte de carrera, Carlos contuvo bien a Lewis. Hasta la vuelta 12, los ritmos eran casi iguales, ambos con blandos. De hecho, a partir de la 10, Lewis era una décima más rápido pero a partir de la doce, la diferencia era ya de tres décimas.

En la quince llegó la primera parada de Carlos, para colocar medios. Su ritmo entonces fue un poco mejor que el de Lewis, que estiró los blandos hasta la vuelta 24. Es cierto que perdía un poco de tiempo con respecto a Sainz. Cuando volvió a pista, lo hizo con medios nuevos y justo detrás de Sainz. Tras dos vueltas le arrancó las pegatinas.

Todo el largo stint de 26 vueltas (excepto la de salida y la de parada al finalizarlo) lo hizo Hamilton por debajo de 1’20”, por lo general 1’19” bajo y con tres giros en 1’18”9. Carlos sólo pudo estar por debajo de 1’20” dos vueltas. El mismo ritmo –de Lewis– lo llevaba Russell, rodando en 1’19’’. Carlos tampoco pudo con el segundo Mercedes.

La temprana parada con los blandos obligó a tener asimismo una segunda parada temprana, en la vuelta 41, mientras que Lewis llegó a la 50 y Russell a la 45. Los dos Mercedes pudieron poner blandos, pero a Carlos no le quedó más remedio que echar mano de los duros. Al ir ya con poca gasolina pudo acercarse inicialmente al ritmo de Hamilton, con sus medios ya con muchas vueltas, pero a partir de ahí, con Lewis con blandos, ya no había nada que hacer.

En definitiva, está claro que el problema de Ferrari es que no cuida las gomas como hacen sus adversarios. En otros circuitos quizás se pueda disimular algo más; en Barcelona, no.

No es cuestión de buscar mejorar el drag o la carga aerodinámica, sino cuidar mejor las gomas. Eso que en Ferrari confían permita la nueva suspensión delantera que finalmente no debutó en Barcelona. Y un detalle, el difusor que estrenó Red Bull en Barcelona parece inspirado en el Ferrari; los admitieron los austríacos.

El sueño de Maranello de ser segunda fuerza está comenzando a diluirse. El de ser al menos terceros se complica. Crucen los dedos para que Alpine no mejore mucho.

Lewis, Russell –por supuestísimo los Red Bull– podrían dedicar a los de Maranello aquella canción de Tito Puente que cantaba el mítico Carlos Santana: "Oye como va, ¡mi ritmo!". Ya lo saben, la culpa es del Cha-Cha-Cha.