El médico del rescate de Zanardi: "Diez minutos más y habría muerto"

Robusto Biagioni es el jefe del servicio de emergencias de la ciudad de Grosseto, ubicada en la Toscana. El sanitario, que lleva 40 años de profesión de los que 30 se ha dedicado a la medicina de emergencia y a rescates en helicóptero, cuenta que salió en dirección a la zona del accidente, que tenía a unos 70 kilómetros antes de las 17:00 CEST de la tarde junto a dos pilotos, un técnico, un operador de rescate alpino y una enfermera.

"Aterrizamos en Pienza a las 17:20 CEST. El operador de rescate alpino fue muy útil. Aterrizamos en un campo y tuvimos que cruzar un bosque pequeño muy denso. El experto nos guió rompiendo las ramas que había en nuestro camino para encontrar la dirección correcta", ha compartido Biagioni en declaraciones al diario italiano Corriere dello Sport.

El médico explica que cuando se encontraron con Zanardi ya se dieron cuenta de que el accidente había sido grave y admite que si hubieran llegado diez minutos más tarde, probablemente habría muerto.

"Lamentablemente, estaba muy grave. En esas condiciones, sólo podía durar unos diez minutos. Mi compañero lo había encontrado en estado de coma, con momentos de agitación. Movía los brazos de manera desigual, gritaba. La cara estaba destrozada, con muchas fracturas, pero lo que más nos preocupó en ese momento fue una lesión muy grave, que se extendía desde el ojo derecho por toda la cara. Luego tenía otras heridas en la cabeza", ha descrito Biagioni.

El profesional reconoce que ha estado ante casos peores y confía en la recuperación de Zanardi. "Intervine en casos aún peores y, a veces, se han resuelto de forma positiva incluso en contra de nuestras previsiones. Por eso estoy convencido de que hay esperanzas de que Alex pueda sobrevivir, también teniendo en cuenta que es un deportista y que tiene un deseo increíble de vivir", ha insistido.

Biagioni fue clave en la supervivencia de Zanardi por lo bien que intubó al paciente, una técnica aplaudida por el neurocirujano que más tarde operó a Alex. "Lo más difícil fue pasar el tubo hasta la tráquea para permitir la respiración artificial. No fue fácil porque la cara estaba llena de fracturas", ha detallado el médico del rescate para terminar.