Cristóbal Rosaleny te lleva a Japón 1993 en Vamos sobre Ruedas

El programa, presentado por Antonio Lobato, completo se podrá visualizar en cualquier momento repetido bajo demanda en la web de Movistar+, aunque de cualquier forma os dejamos a continuación un pequeño resumen de su contenido.

El Gran Premio de Japón ha sido escenario de algunas de las carreras más dramáticas de la historia de nuestro deporte: los duelos Senna-Prost, el diluvio de Fuji... tan recordadas que han eclipsado a otras que también tuvieron su miga. Por eso, en lugar de repetir las gestas de siempre, hoy viajamos a Suzuka... pero a 1993. 

Alain Prost ya tenía asegurado el tetracampeonato y salía desde la Pole, mientras que Senna disputaba su penúltima carrera con McLaren y miraba al cielo, que había amanecido gris, en busca de lluvia. Senna quería divertirse, mientras que siete posiciones por detrás salía al ataque un debutante, Eddie Irvine. Era el quinto piloto que se subía al segundo Jordan en esa temporada, y quería asegurarse de que iba a quedarse allí. En la salida, Senna superó a Prost e Irvine hizo lo propio con Michael Schumacher, que venía de ganar en Portugal. Luego el Jordan perdió algunas posiciones, Senna también perdió el liderato cuando paró en boxes, pero entonces empezó a llover: Prost tardó en poner las gomas de agua, y cuando se decidió ya tenía a Senna por delante, tras recuperarle todo el tiempo de la parada con slicks y pista húmeda. Y con gomas de agua, la ventaja de Senna aún fue a más.

Mientras tanto, el debutante Irvine recuperaba posiciones desde la décima, a la que cayó tras una mala decisión sobre el momento de parar en boxes. Eddie era rápido y alcanzó a Damon Hill con el segundo Williams... pero por detrás llegaba Senna a doblarlos a ambos. Y aquí empezó la fiesta. Irvine dejó pasar al líder, pero Hill no se lo puso tan fácil. Resultado: Irvine se desdobló de Senna para seguir atacando a Hill. Y una de ellas en la última chicane ¡y por el exterior! De hecho, Magic no pudo volver a doblarlo hasta el final de la carrera.

Al final, Senna ganó nada menos que su cuadragésimo Gran Premio. Pero en lugar de celebrar, esperó a Irvine en pista y dedicó gestos contra el joven irlandés, que acababa de terminar sexto su primer Gran Premio en Fórmula 1, un auténtico triunfo. La crítica siguió en la rueda de prensa oficial, y luego el brasileño decidió buscar al novato para darle una lección. Lástima que la discusión se fue avivando y acabó dándole... ¡un puñetazo en la cabeza!

Senna recibió una sanción de exclusión en dos Grandes Premios, pero sólo tendría que cumplirla si había reincidencia. Irvine, por su lado, entendió muy pronto la selva de la Fórmula 1... con la furia del que siempre había sido su piloto favorito.