Cadillac tendrá que pagar más de 400 millones de euros para entrar en la F1

Todos sabemos que la Fórmula 1 es innovación, espectáculo, emoción… pero, por encima de todo, es un negocio. Y, como tal, los intereses económicos suelen prevalecer frente a otros factores. Es por ello que muchas veces se toman decisiones que pueden parecer incomprensibles para cualquier aficionado –como pasa con los circuitos en Oriente Medio–, pero no para los ‘peces gordos’.

Ocurre lo mismo con los equipos. Seguramente la mayoría de los aficionados querían ver a Andretti en la Fórmula 1 como undécimo equipo, más allá de la asociación que vino a posteriori con General Motors. Pero una de las razones de la negativa inicial fue que los equipos no querían perder valor con la llegada de una nueva estructura.

Al final, la Fórmula 1 ha accedido a esa entrada del Cadillac F1 Team para 2026, que será inicialmente como equipo ‘cliente’ –comprando una unidad de potencia– y pasará, no antes de 2028, a ser un equipo 100% de fábrica, con motor propio. Sin ese plan tan ambicioso y sin un grupo o una marca detrás, probablemente a día de hoy no estaríamos en esta situación.

Pero, además de los planes, para entrar en la Fórmula 1 como equipo nuevo hay que aportar ‘pasta’. Volvemos al siempre importante factor económico. Se trata de una cuota de entrada que se reparte entre los equipos existentes para compensar la pérdida que tendrán en el reparto de premios –se repartirá entre 11 a partir de 2026 y la porción será menor para cada uno–.

En los últimos meses –o incluso años– se ha dicho que esa cuota de entrada estaba fijada en 200 millones de dólares –190,3 millones de euros al cambio actual–, pero ese acuerdo expira a finales de 2025 y se espera que las cifras aumenten considerablemente. Es más, según apunta Andrew Benson en BBC Sport, General Motors deberá pagar 450 millones de dólares –428,36 millones de euros al cambio actual– si quiere materializar su entrada en la F1.

Ésta es una medida disuasoria que se puede evitar comprando un equipo ya existente, como hizo Audi con Sauber –el desembarco de la marca de los cuatro aros será también en 2026–. Pero, como no había ningún equipo a la venta, General Motors y Andretti tuvieron que mover cielo y tierra para recibir la luz verde. Y pasar por caja, claro.