¿'Quo vadis', McLaren?

Es la era moderna de la Fórmula 1, la rebelión en la granja -o en el gallinero, según se mire-. Los títulos en años recientes han pertenecido a Red Bull y a una Mercedes que es en realidad ese grupo de mercenarios de Brackley que hoy en día reciben el sueldo desde Alemania y portan las banderas de las flechas de plata. La segunda venida de los equipos no oficiales, en cierta forma, sea cual sea el significado de esa expresión. Puede que por ello los fabricantes busquen 'capar' los motores que entregan.

Pero más allá de las consideraciones de motores, es evidente que los equipos grandes, los 'de siempre', lo están pasando mal. Williams aún da gracias al cielo por ese motor Mercedes que les vino como agua de mayo, salvándoles de un desastre que parecía inevitable. En Ferrari, llevan cerca de una década sin títulos de pilotos y no ganaron con Fernando Alonso a pesar de los esfuerzos puestos en el proyecto, aunque actualmente parecen estar recuperando la dirección. Pero hay un equipo que desde hace años, cada vez va a peor.

McLaren Grand Prix, uno de los grandes de la Fórmula 1 y segundo equipo en términos históricos. A pesar de llegar a la Fórmula 1 dieciséis años más tarde que Ferrari, llegaron a rivalizar con ellos en número de victorias y títulos totales antes de que Michael Schumacher ayudara a los italianos a distanciarse. Cualquier equipo grande tiene sus momentos débiles y McLaren no podía ser una excepción. A finales de la década de los 70, el equipo fundado por Bruce McLaren pasó por una etapa durísima antes de la llegada de Ron Dennis.

Desde entonces, todo ha sido de color de rosa. Dominio con mano de hierro en los años 80, dos grandes momentos en la década siguiente y dos cuartos puestos en el Campeonato de Constructores como peores resultados. El quinto de 2004 con el terrible MP4-19 parecía un desastre, comparado con ello. Incluso el dificilísimo 2009 acabó con dos victorias y una tercera posición final. Y aún así, ¿dónde estaba la gran caída que cualquier equipo experimenta en algún momento de su historia? Ferrari pasó por ello, al igual que Williams, Lotus y cualquier otro equipo.

La diferencia entre los históricos y los legendarios radica en lo que sucede tras esos años aciagos. Donde Ferrari y Williams consiguieron sobreponerse, otros no tuvieron tanta suerte. McLaren estaba por encima, sin haber vivido momentos tan malos desde la llegada de Ron Dennis. Lo ocurrido entre 1978 y 1980 era una muestra de lo que podía pasar con un equipo sin la dirección adecuada pero en el británico, McLaren encontró la horna de su zapato. Pero seamos sinceros: no existe el líder infalible. De la misma forma, en la Fórmula 1 un gran líder no puede prevenir todos los posibles problemas.

De esta forma, McLaren se encuentra hoy en día ante una realidad dura, muy dura. De las 56 victorias en los años 80, las 43 de los años 90 y las 41 de la primera década del nuevo milenio, se pasa a las 18 de la década actual. O lo que es peor, en Abu Dabi McLaren cumplirá su tercer año sin ganar. Como anécdota, todas las veces que el equipo de Woking ha sufrido una sequía de este nivel, lo ha hecho tras ganar la última carrera de una temporada. Pero dejemos atrás las frivolidades. Entre 1978 y 1980 -53 carreras sin ganar- la primera vez y entre 1994 y 1996 -49 carreras sin ganar- la segunda.

Lo de hoy en día es parecido y a pesar de todo, peor en números. McLaren cumplirá en Abu Dabi, salvo milagro, su Gran Premio número 57 sin ganar. La estadística dice que en 2016 debe llegar por lo menos una victoria que acabe con esta mala racha aunque para entonces, es posible que se pase ya de las 60 carreras sin victorias. La peor racha sin triunfos en la historia del equipo. Pero, ¿acaso importan las estadísticas? Nos sirven como guía pero al final los récords están para romperse y estos hablan sólo de lo que sucedió en un momento dado de la historia. Aunque pueden indicar tendencias, no deben ser pesadas losas que llevar sobre los hombros.

Pero puede que sea precisamente este hecho el que nos lleve a ser más pesimistas. A lo largo de las últimas tres temporadas, McLaren no ha estado nunca para llegar al podio. Con la honorable mención del Gran Premio de Australia de 2014, claro está, aunque ese día se beneficiaron de una extraña descalificación a Daniel Ricciardo, problemas técnicos en el coche de Lewis Hamilton y un día aciago para los Williams. A lo largo de todo el año pasado, quedó claro que ni siquiera con el todopoderoso motor Mercedes podía McLaren estar arriba.

Si en 2013, la combinación de chasis y motor no era fantástica, en 2014 no había excusa en cuanto al propulsor. Tras un año complicado y con una unidad de potencia fantástica, los problemas en el chasis eran evidentes. Incluso en 2015, con un motor que evidentemente es el más flojo de la parrilla, tampoco queda claro que su chasis sea una maravilla como algunos quisieron predicar en su día. El McLaren MP4-30 tiene carencias evidentes tanto en lo que respecta a la unidad de potencia actual como al chasis que la rodea. Es lo que hay, no puede negarse.

De hecho, la situación de McLaren es lo suficientemente complicada independientemente de quien le proporcione los motores como para que el equipo, con toda su historia y dos campeones del mundo en sus filas, no resulte atractivo para los grandes patrocinadores. Desde que Vodafone dejó el equipo en 2013, no ha habido un patrocinador principal. Ni la llegada de Fernando Alonso fue suficiente como para incentivar una o dos grandes marcas que quisieran unirse al 'resurgir de la leyenda'.

De hecho, sigue el sangrado de patrocinadores de McLaren con el anuncio de la marcha de Tag Heuer, patrocinador histórico del equipo -tres décadas juntos-. Ya ni siquiera importa la histórica relación entre las dos. A partir de 2016, la marca de relojes no estará con el equipo de Ron Dennis y deberá tener otra casa en Milton Keynes. Y así, sigue el 'via crucis' de un equipo que parece tenerlo todo en contra. Pilotos veteranos, un motor que no corre lo suficiente y que se rompe más de lo imaginable y un chasis que no está a la altura de los mejores.

Por fortuna para ellos, en McLaren tienen el apoyo económico del grupo tecnológico, que puede soportar varios años de malos resultados y sin patrocinadores. Pero si la situación actual sigue como hasta ahora durante dos o tres años más, la situación empezará a complicarse. Es difícil imaginar una Fórmula 1 sin McLaren o con el equipo ocupando una posición de mero comparsa -aún si es lo que estamos viendo en 2015-. Pero tampoco podíamos imaginar una Fórmula 1 sin Lotus -la verdadera- o Brabham y aquí estamos, disfrutando aún de la categoría reina sin algunos de los nombres más laureados.

Es difícil no tener fe en alguien que cuida de sus trabajadores, de su marca y de su equipo de carreras tanto como Ron Dennis. El inglés es uno de aquellos hombres que parece hacer posible lo imposible y aunque su historia en la Fórmula 1 no es una de heroicidades -no va con su carácter-, sí es el vivo ejemplo del trabajo duro, una gestión firme y un profundo conocimiento del mundo de las carreras. ¿Dónde vas, McLaren? Porque los seguidores de la Fórmula 1 no quieren que te marches y menos por la puerta trasera. Ni siquiera los tifosi.