Riberas: "Por mucho que te expliquen qué es Le Mans, la realidad supera lo que te imaginas"

Alex ha corrido varias veces las 24 Horas de Daytona, "que también son muy especiales, pero como Le Mans, nada. Es único, insuperable. Te lo explican mil y una veces antes de que vengas… y cuando llegas, todo lo que pensabas se queda corto, es mucho más".

Alex confiesa que nunca antes le había pasado algo así. "Desde que llegamos, el viernes anterior, no he salido del circuito. Bueno, sólo para el pesaje y el desfile, que son en el centro de Le Mans. Es un mundo que te absorbe tanto, que te atrapa".

Todos los pilotos dicen que correr Le Mans marca un sello, imprime carácter, eres piloto de Le Mans para siempre. Los que suben al podio señalan que ese momento es mágico, de otra galaxia, con tantos aficionados a pie del mismo. Para Alex, su momento mágico fue "la vuelta de formación. Ya en el pesaje te sorprende la cantidad de gente que hay… ¡y falta una semana para la carrera! Pero esa vuelta de formación es muy especial. Vas tras el safety car y ves las tribunas repletas, los aficionados en pie, las banderas... ¡inovidable! Estar aquí ya de por sí es un premio".

Riberas está muy satisfecho de haberlo descubierto y además de hacerlo en una edición tan especial, "la del centenario, la del retorno masivo de las marcas. ¿Qué hace tan especial Le Mans? El circuito que casi no ha variado, la historia, la pasión de los aficionados. Todo ello se mezcla de una forma muy especial. ¡Es el evento global!".

Riberas, junto a sus compañeros Daniel Mancinelli e Ian James –éste, además, jefe del equipo– acabaron sextos en la categoría LMGTE-Am. Buen resultado para un debut en una prueba tan difícil, tan dura, que requiere experiencia. "Satisfechos, sí, aunque siempre te queda el regusto de que podía haber ido un poco mejor. ¿Ganar? Difícil, no teníamos la velocidad del Corvette, los Porsche e incluso de algún Ferrari. Pero por el contrario, el ritmo era bueno, cerca de los de cabeza, podíamos haber estado batallando por el podio o muy cerca de él".

Todo se torció en la tercera hora. "Tomé la salida, pero rápidamente hubo un safety car que calculamos sería largo porque las barreras estaban tocadas y había que repararlas. Paramos, como muchos rivales, para cambiar de piloto. Las reglas dicen que el piloto bronce debe rodar al menos seis horas. Así que había que aprovechar los safety car largos para que rodase y no tener a los pilotos más rápidos en pista cuando se puede correr. Ian tomó el volante e hizo un relevo largo. Casi al final le tocó un LMP2 y cuando paró para el cambio de pilotos, me subí al coche. Los mecánicos repararon el problema rápidamente, pero cerraron mal el capó y éste se abrió a poco de salir. ¡Imagina el susto! Completé la vuelta como pude, viendo muy poco y entré para reparar. Aquí perdimos dos vueltas y toda opción de podio. Remontar en Le Mans en una categoría tan igualada es muy difícil, incluso con los safety car".

Riberas está muy satisfecho y espera "volver el próximo año. En carreras nunca se sabe. Pero todo pinta muy bien", nos dijo mientras estaba a punto de embarcar para volver a USA. En doce días tiene la próxima cita de IMSA. "El resto del año seguiremos los dos campeonatos, WEC e IMSA. Y esperamos repetir el próximo año".