Yamaha cancela su entrada en el mundo del automóvil

“Los coches ya no figuran en nuestro programa industrial a largo plazo. La decisión ha sido tomada por el presidente Yoshihiro Hidaka. En el horizonte de un futuro previsible no podemos desarrollar automóviles que destaquen o se diferencian de los competidores, y la competencia es muy fuerte. Debemos admitir que nos entusiasmaba la idea de un deportivo, pero el mercado está muy difícil y vemos otras oportunidades de negocio en las que podemos centrarnos”, ha dicho Naoto Horie, portavoz de Yamaha, durante el Salón del Automóvil de Tokio.

Yamaha ha tenido durante mucho tiempo contactos con el mundo de la automoción, sobre todo en lo que a tecnología de motores se refiere, campo en el que ha colaborado con diversos fabricantes. También llegó a realizar motores de F1 V8, V10 y V12, algunos de ellos con la ayuda de John Judd, entre 1989 y 1997, usaros inicialmente por Zakspeed pero después por Brabham, Jordan, Tyrrell o Arrows.

En 1992 presentó un auténtico hypercar para la época, el OX99-11 con motor V12 de 3.5 litros y 450 caballos, y sólo 1.150 kilos de peso. El chasis estaba derivado de un Jordan de F1 y llevaba dos plazas en tándem. Sólo se fabricaron tres prototipos; en aquel momento el mercado no estaba preparado para un automóvil cuyo precio debía superar los 800.000 dólares –casi 720.000 euros–.

Recientemente, Yamaha ha trabajado coco a codo con Gordon Murray. Éste diseñó para la marca japonesa dos automóviles: un pequeño urbano, el Motiv, en 2012 y un espectacular deportivo, el Sports Ride Concept,  en 2014, de sólo 3,9 metros de longitud, menos de 900 kilos y un motor atmosférico de 1.5 litros y 100 caballos. Ambos se basaban en el concepto de fabricación iStream diseñado por Murray, muy sencillo y rápido.

A Yamaha no se le escapan las grandes dificultades que sufren las emprensas emergentes para abrirse camino en el mundo del automóvil, incluso en estos momentos de cambio tecnológico –o quizás deberíamos llamar revolución–. Incluso Tesla, pese a la imagen lograda y su exitoso aumento de ventas, tiene serias dificultades para acercarse al umbral de la rentabilidad. Muchos de los proyectos, algunos de ellos muy interesantes, no llegan a cuajar y muchas startup, o bien deben cerrar sus puertas, o reconvertirse en proveedoras de tecnología para los grandes fabricantes.