Toyota parte como favorita en Le Mans, pero son las 24 horas las que escogen al ganador

Toyota lo sabe muy bien. Ha visto esfumarse victorias cuando ya las tenía en el zurrón. Ha visto cómo sus coches más rápidos han sucumbido víctimas de algún GT lento. Y también cómo ha necesitado muchos años para lograr su objetivo desde que pusiera un pie en Le Mans en 1985.

El suyo parecía un 'trabajo de Sísifo', condenado a no cumplir nunca su objetivo, hasta que en 2018, con Fernando Alonso al volante –acompañado por Sebastian Buemi y Kazuki Nakajima– les entregó la primera victoria.

Akio Toyota, también conocido como Morizo –bonito gesto de Toyota Gazoo de bautizar una versión especial del Corolla GR como 'Morizo'– dijo entonces: "Tras no haber conseguido la victoria el pasado año, le dije al equipo que nunca ganaríamos si nos preocupábamos sólo de hacer un coche rápido. Habíamos puesto el énfasis en todo el desarrollo y apostado por nuevas tecnologías para hacer un coche rápido en la convicción de que, si éramos muy rápidos, ganaríamos, pero eso no era suficiente. No teníamos la consistencia, no éramos un equipo suficientemente fuerte. Porsche había tenido esa consistencia".  

Toyota parte como favorita en las 24 Horas de Le Mans. Ha ganado las cuatro últimas ediciones de la prueba. El pasado año lo hizo con este mismo coche, el GR010 Hybrid. Tiene a un plantel de pilotos con gran experiencia; cinco de los seis ya saben lo que es ganar la prueba. Y es el único equipo directamente de fábrica.

Las cosas serían todavía mucho más favorables a la marca japonesa si el Balance of Performance no les impidiera utilizar la potencia eléctrica hasta que transitan a 190 kilómetros/hora. En otros circuitos esto puede ser un problema, pero en Le Mans hay muchos lugares donde se superan con creces estas velocidades, comenzado por la recta de Les Hunaudières, casi siete kilómetros, la mitad del trazado, y que desde hace unos años está 'cortada' por dos chicanes y la curva de Mulsanne es algo diferente del ángulo inicial.

Pero en Le Mans puede pasar cualquier cosa. No sólo es tener el mejor coche. Cuentan el consumo, el desgaste de las gomas, la fiabilidad, los coches de seguridad, los caprichos de la tecnología y el tráfico, sobre todo el tráfico. Como dijo Toyoda, no gana el más rápido sino el más fuerte y completo.

Es una carrera doble: no sólo hay que derrotar a los rivales sino también a las 24 Horas.

Alpine podrían ser su gran rival. Durante los ensayos libres escondieron su juego. Sólo mostraron su potencial real en la Hyperpole… y han sido castigados con el BoP. Les han restado 10 kilovatios de potencia, 417 en lugar de los 427 que les fueron concedidos tras los test del pasado domingo, cuando llevaban 420. Esto y un depósito de combustible más pequeño que el de sus rivales les complicará la búsqueda de la victoria al único coche de la marca francesa.

Y están los dos Glickenhaus, el último equipo romántico de Le Mans. Para algunos, heredero de los 'garajistas', pero va un paso más allá de éstos. Lo que parecía un sueño loco, imposible, utópico, puede ser una realidad este fin de semana. Los coches del magnate americano y su socio James Cameron se han mostrado rápidos, casi tanto como los Toyota, parecen fiables. Pero sus medios no son los de los rivales.

Estos cinco coches –dos Toyota, dos Glickenhaus, un Alpine– son los que deben luchar por lo más alto del podio, la victoria absoluta. Detrás, los LMP2, en busca de una oportunidad, de un golpe de fortuna o de los caprichos del 'dios de las 24 Horas'.

Sus prestaciones a una vuelta no están muy lejos de las prestaciones de los grades; en ritmo de carrera están un poco por detrás, pero se mantienen lo suficientemente cerca como para aprovechar la menor contingencia.

Imposible efectuar pronósticos. Los tiempos reales son muy ajustados, aunque en la Clasificación y la Hyperpole haya habido algunas diferencias. Al menos una decena de coches tiene posibilidades de ganar la categoría. Los coches de WRT, United, Prema y Jota son los favoritos, pero están Panis, Penske, Intereuropol o AF que también quieren llevar la voz cantante.

En GTE-Pro, la categoría reina de los GT, los Ferrari han parecido sobrepasados en los entrenamientos… pero el BoP les ha sido mejorado para la carrera, así que Miguel Molina tendrá su baza. Los siete coches de esta categoría están muy cercanos y será una carrera al sprint entre Porsche, Corvette –donde milita Antonio García– y Ferrari, un sprint de 24 Horas.

La salida será a las 16:00 CEST de hoy sábado. Mañana domingo, a la misma hora, se sabrá el ganador.