Las nuevas patentes de Tesla revolucionarán su Autopilot

Ser una marca lider obliga a los fabircantes de coches a estar siempre en constante evolución tecnológica para mantenerse en la cresta de la ola. Más si cabe, si tu éxito se basa en el conocimiento tecnológica y de vanguardia. Tesla es pionera en la comercialización de sistemas de conducción autónoma y, la versión 2.5 de su software Autopilot, la última lanzada, prometió que traería consigo la ansiada conducción autónoma total, pero finalmente no fue sido así. La capacidad de procesamiento de los chips intalados en los modelos del fabricante californiano es limitada e insuficiente para una tecnología con tan volumen de datos. No obstante, la compañía asegura que, en 2019, lanzará la actualización 3.0 de su software y que, esta vez sí, revolucionará el sistema de conducción autónoma para ofrecer un control total del vehículo sin intervención humana.

El corazón del sistema de conducción autónoma se encuentra en la GPU, una CPU –Unidad Central de Procesamiento– igual que las de los ordenadores, pero con capacidad para reconocer y procesar imágenes. Las GPU pueden relaizar operaciones matemáticas más complejas con un mayor conjunto de datos y tareas en paralelo que un procesador CPU corriente, pero la última iteración de este sistema, que contaba con dos unidades de GPU, no ha sido suficiente.

Para el desarrollo de esta nueva actualización hay que remontarse hasta finales de 2016, cuando Tesla contrató a un grupo de ingenieros informáticos de la empresa AMD bajo la batuta de Peter Bannon, arquitecto de chips de Apple. El objetivo era desarrollar la nueva versión de su sistema de conducción autónoma y, desde entonces, tuvieron claro que ni las CPU ni las GPU podían acometer una tarea que conlleva casi un trillón de cálculos por segundo. Necesitaban no solo que procesaran los datos sino que, a su vez, realizaran un aprendizaje a partir de la repetición de los mismos, algo para lo que la inteligencia artificial sí está diseñada. Para ello, Tesla ha desarrollado desde cero un chip de inteligencia artificial con una nueva red neural, para lo que ha registrado las siguientes patentes:

Un motor matemático acelerado para el procesamiento de imágenes, un microprocesador matricial con acceso a memoria de latencia variable que controla las solicitudes de acceso a la memoria, un microprocesador de matriz computacional que permite procesar los datos no necesariamente de forma consecutiva y, finalmente, una unidad computacional vectorial para poder gestionar los datos de salida y poder ejecutarlos en paralelo.

Estas novedades son realmente avanzadas en comparación con las soluciones que, por el momento, equipa la competencia en el segmento de la conducción autónoma. Se espera que esta 'revolución' llegue a lo largo de este 2019, así como la actualización 10.0 del software de los vehículos.