HISTORIA

Sophie Marie Opel: la mujer que impulsó la automoción

08/03/2019 12:26

Sophie Marie Opel es una de las empresarias alemanas más importantes de la historia. Con la ayuda de su hermana y sus hijos, transformó la fábrica de máquinas de coser de la familia en una factoría de automóviles, lo que dio origen a la marca del rayo.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, en SoyMotor.com queremos repasar algunos de los nombres de mujeres que han marcado la historia del automóvil. A este efecto, no puede faltar el de una de las empresarias más importantes de Alemania y de la historia de la automoción en general. Se trata de Sophie Marie Opel quien, con la ayuda de sus hermanas y sus cinco hijos, convertió la fábrica de máquinas de coser que poseían en una fábrica de automóviles que evolucionó hasta nuestros días.

Sophie Marie Scheller contrajo matrimonio en 1868 con el empresario Adam Opel, que poseía una fábrica de máquinas de coser en Rüsselsheim, Alemania, y que sacaron adelante con mucho esfuerzo. El negocio se amplió en 1885 para la fabricación de bicicletas y, ya entonces, Sophie Marie se puso al cargo de una empresa exitosa que consiguió liderar el mercado de las máquinas de coser a finales del siglo XIX, con una producción de 2.000 unidades anuales.

A su esposo no le gustaban los coches, sin embargo, al morir éste en 1895,  el mercado del automóvil ofrecía un gran potencial y futuro, por lo que, junto a sus hermanas, aunaron esfuerzos para transformar la fábrica de máquinas de coser en una factoría dedicada al incipiente sector de la automoción en 1899.

Con más de 1.000 empleados y como cabeza de la empresa, 'Mamá Opel', como se la conocía por aquel entonces, fue la mujer que dio el paso hacia una nueva era dentro de la compañía e inculcó ese espíritu emprendedor a sus cinco hijos, que tomaron las riendas del proyecto y acabaron por convertirla en una gran empresa que ha llegado hasta nuestros días. Este año Opel celebra sus 120 años desde su inauguración como fabricante de automóviles.

Sophie falleció el 30 de octubre de 1913, ya con su sueño cumplido, y todos los trabajadores le rindieron un sentido homenaje al transportar su féretro por toda la planta antes de su entierro. Sin su espíritu y su fuerza no existiría la marca que todos conocemos, la cuál, aunque lleva el nombre de su marido, le debe su razón de ser a esta gran mujer.