Roger Penske volvió a enfundarse el mono

Apenas 24 horas después del anuncio de su asociación con Porsche para hacer correr los coches de la marca alemana en Resistencia, Roger quiso ponerse al volante del último Porsche prototipo, el RS Spyder de categoría LMP2 que hizo correr en la IMSA por cuenta de la marca alemana entre 2005 y 2008 con evidente éxito.

A sus 84 años 'El Capitán' quiso probar uno de los pocos coches de sus escuadras que no había probado, como sí había hecho con uno de los monstruosos Porsche 917 Can-Am con el que hizo correr a Mark Donohue.

Penske fue en su día un excelente piloto. Aunque pilotó preferentemente coches sport y brilló en Le Mans, también disputó dos Grandes Premios de Fórmula 1. Pero colgó el casco de forma prematura, con sólo 27 años, en el ya lejano 1964, es decir hace 57 años. Lo hizo ganando el Nassau Speed Weeks con un Chaparral 2A que compartió con Hap Sharp, superando a Bruce McLaren. Como propietario de equipo ha ganado 18 veces las 500 Millas de Indianápolis y ahora es también el propietario del circuito, de la prueba y de la Indycar.

Penske dio 25 vueltas al trazado de Míchigan con el coche que había ganado las 12 Horas de Sebring, recientemente restaurado por su equipo.

"No había pilotado este coche y fue muy divertido jugar con él, es un coche increíble", señaló a la revista estadounidense Racer al bajarse del mismo.

Señaló que este coche era muy diferente a otros que había pilotado, incluso el Porsche RS o el RSK "porque no tenían esta carga aerodinámica. En 25 vueltas pude entender todos los botones que llevas en la cabina y empezar a sentirme cómodo… y comenzar a olvidarme de que no hay necesidad de pisar el embrague al cambiar de marcha… y luego debí acostumbrarme a su tremenda capacidad de frenada".

Roger Penske tiene la intención de estar con este coche en el Goodwood Festival, del 8 al 11 de julio. Por fin ha conseguido hueco en su agenda para ello y piensa llevar una buena muestra de los coches que han sido de su equipo en las diferentes categorías, ya fueran de grandes marcas –Ferrari, incluida– o bien los que él mismo construyó con su nombre para Indianápolis y para F1.