La resurrección del Renault Clio V6

Renault siempre se ha caracterizado por tener un espíritu deportivo irreductible. En el plano de coches de serie, podríamos recordar fácilmente el Renault 5 Copa Turbo, o el más espectacular 5 Maxi Turbo, necesario para la homologación del coche para el Grupo B de Rallies. Con ese ADN es con el que apareció en el año 2001 el Renault Clio V6.

El Renault Clio era un utilitario que había surgido en 1990, y que en 1998 vio aparecer la segunda generación –en la actualidad va por la cuarta- que es en la que se basó este coche. Un coche netamente deportivo: los de la primera fase, de 2001 a 2003, fueron fabricados nada menos que por Tom Walkinshaw Racing, toda una institución en el deporte con victorias en Le Mans y la gestión de varios equipos de F1, como Arrows. De ahí sólo podía nacer algo bueno.

Contaba con un motor V6 de 3.0 litros y 227 caballos -255 en la segunda fase que fue de 2003 a 2005- colocado en posición central. Eso obligó a reforzar estructuralmente el coche, que ahora pasaba a ser un biplaza de tracción trasera, en vez de un tranquilo modelo de 5 plazas y tracción delantera. Toda esa potencia, unida al bajo peso del coche, dio como resultado una bestia de altísimo rendimiento: de 0 a 100 en sólo 6’2 segundos, más rápido que los de la Clio Trophy. Claro, que su consumo era de 12 litros a los 100, pero eso no era lo que preocupaba a quien accedía a este coche.

El aspecto era rotundo. Las vías se ensancharon, y quizás sólo las dimensiones generales y el frontal nos llevaban realmente al Clio ‘civilizado’, porque todo era brutal en este modelo. En realidad, sólo se aprovechó el capó delantero, el techo y el portón trasero, porque el resto eran piezas nuevas para este modelo. Llamaban mucho la atención las entradas de aire en los laterales del coche, absolutamente necesarias para refrigerar un motor tan grande.

¿Y si el Clio volviese a nacer hoy? Pues Pol Santos cree que es posible, y sin perder gran parte del carácter del original. Las formas, obviamente, se suavizan y se hacen más curvas, como en el caso de las entradas de aire, que ahora se integran mejor en las formas generales del coche y no aparecen como apéndices surgidos de improviso como en el anterior. Por supuesto, la imagen del coche bebe del modelo actual, pero la parrilla y los faros se simplifican y estilizan todavía más, aprovechando lo innecesario de una gran refrigeración delantera: ¡casi podría parecer eléctrico!

Desaparecen, por ejemplo, los faros antiniebla delanteros, cuyo lugar se aprovecha para incorporar dos suaves tomas de aire. Las líneas generales se alejan del modelo actual, especialmente en el lateral, donde el pilar B tiene una llamativa caída en la puerta que hace que la ventanilla trasera comience más baja que la delantera. Detalles atractivos.

¿Qué motor usaría? Bueno, el motor de cuatro cilindros y 2.0 litros del RS Trophy entrega 275 caballos, que ya es más que el original, y que es el que usa el Megane RS 275 Trophy R, aunque el del Clio RS 220 también nos podría valer. Lo que no sería es barato: en la época el V6 costaba 6’5 millones de pesetas en 2001, y 42.000 Euros en la Fase 2 de 2003. Ponle precio a eso, pero no se lo pongas a las emociones que este renovado Clio V6 traería consigo. Renault, si nos estás leyendo, tenemos ya hasta la maqueta lista…

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