Quince segundos: la clave para que sólo nueve pilotos terminaran el ePrix de Valencia

La clave estuvo en el último período de coche de seguridad. Durante el mismo se redujo la energía disponible para todos en 5 kilovatios hora. A esto hay que añadir que hubo otro safety car al comienzo de la carrera en el que también perdieron energía. El total fue de 19 kilovatios hora. Da Costa lideraba cuando la carrera se relanzó y pasó por la línea de meta a falta de 15 segundos para el final. Debido a ello, se debían completar dos vueltas.

A partir de ese momento, menos de la mitad de la parrilla tenía la energía suficiente para llegar al final. Esto causó los abandonos de Max Günther, Sérgio Sette Camara, Mitch Evans, André Lotterer, Pascal Wehrlein y Edoardo Mortara. Por otro lado, Norman Nato, Tom Blomqvist y Oliver Turvey fueron excluidos. Por último, Alex Lynn, António Félix da Costa, Alexander Sims y Oliver Rowland fueron descalificados. Sólo nueve pilotos terminaron la carrera y lo hicieron de forma legal.

La situación habría sido diferente, al menos para la mayoría de los pilotos, si Da Costa hubiera cruzado la meta con el cronómetro ya a cero, ya que sólo habría habido una vuelta más, en lugar de dos. Con esto, la estrategia habría sido la que estaba prevista y habrían tenido la energía necesaria para llegar al final. El portugués se ha mostrado enfadado con cómo la FIA manejó la situación y alega que no había nada que pudiera hacer.

"Lo siento, pero no puedo aceptar esto. Si hubiera ido más despacio detrás del coche de seguridad, ¿cuántos equipos habrían protestado contra mí al final? Y también, si hubiera ido más despacio, habrían reducido más la energía. Estaba en manos de la FIA salvarnos a todos de esto", ha manifestado en sus redes sociales.

Da Costa ha reafirmado su cabreo y tiene claro que lo sucedido dará mucho de qué hablar en los próximos días. El de DS Techeetah cree además que la imagen de la categoría será peor después del caos del final de la carrera y explica por cuánto fue descalificado.

"Esto no es sobre lo que va la Fórmula E. No es la imagen que queremos dar. Seremos el hazmerreír de la semana, supongo. Lo siento por los aficionados. Como piloto, esto duele mucho. No hay gran cosa que pudiéramos haber hecho. En teoría, estoy fuera de la carrera porque he usado 0,1 kilovatios de más de energía", ha expresado en declaraciones al portal Motorsport.com.

UN ERROR DE EQUIPO Sin embargo, tras conversar con distintos actores de la parrilla de la Fórmula E, incluidos comisarios de la FIA y el piloto del coche de seguridad, Bruno Correia, lo cierto es que Da Costa sí que pudo hacer algo más: con una orden clara desde boxes, habría podido ralentizar al grupo en los últimos momentos de neutralización y, por tanto, esperar a pasar por meta a que la cuenta atrás de la carrera llegase a cero. De este modo, tan sólo tendrían que haber dado una vuelta lanzada antes de ver la bandera a cuadros. Como lo hizo finalmente, pasó por meta con 15 segundos para el final y, por tanto, todos tuvieron que dar –o intentar dar– esa vuelta y la siguiente, que debe empezar con el cronómetro a cero.

Respecto al margen de maniobra de Da Costa, sí existió. Por normativa, el piloto portugués no podía dejar una distancia mayor a la de diez coches entre su coche y el de seguridad, pero esa regla deja de aplicar cuando el Safety Car apaga las luces en la vuelta inmediatamente anterior a entrar a boxes. Desde ese momento, que fue concretamente en la curva 6 del Ricardo Tormo, hasta el final de la vuelta, es Da Costa quien tenía la potestad de marcar el ritmo para el tren de coches perseguidores. En ese momento, y con la información disponible públicamente a través de la retransmisión televisiva, resultaba evidente que dar dos vueltas a buen ritmo era una quimera para el líder Da Costa y para tantos otros pilotos. 'Perder' esos 15 segundos era muy sencillo, pero no recibió las indicaciones claras y oportunas para hacerlo.

El resultado fue caótico, pero la norma era conocida por Techeetah y por el resto de equipos que no pudieron llegar a meta. Culpar de ello a la FIA sería injusto en este caso, dado que algunos equipos sí hicieron correctamente sus 'deberes' y tuvieron energía suficiente para finalizar una carrera que, como todas las de la Fórmula E, está comandada en gran medida por la necesidad de gestionar la energía de las baterías. Como un personaje muy relevante de la categoría comentó a SoyMotor.com, "sabíamos que algún día iba a pasar esto, y tuvo que ser aquí, donde quizá se le acumularon muchos parámetros de medición a una parte de la parrilla en una carrera distinta a las habituales [en un circuito permanente, n.d.r.] y en un momento muy avanzado de la carrera, con pocas opciones de reaccionar al error".