¿Por qué hay tantos pinchazos en el Dakar 2023?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que estos neumáticos fueron concebidos para los ‘buggies’, como el Mini JCW Buggy con el que Carlos Sainz consiguió la victoria en el Dakar 2020 y Stéphane Peterhansel hizo lo propio en la edición de 2021.

El problema de todo esto es que entre los buggies y los coches ‘top’ actuales, los de las categorías T1+ y T1U, hay muchas diferencias… y un par de ellas son muy significativas:

• Peso: el Mini JCW Buggy, por ejemplo, estaba en torno a los 1.600 kilos de peso; por otro lado, los T1+ tienen un peso mínimo de 2.000 kilos por reglamento y los T1U están en 2.100 kilos. Es decir, hay una diferencia de 400 y 500 kilos respectivamente, lo cual genera un considerable estrés extra a los neumáticos.
• Sistema de inflado y desinflado de neumáticos: los buggies tenían un ingenioso sistema para inflar y desinflar los neumáticos, mientras que los T1+ y T1U no gozan de ese elemento.

Hay que tener en cuenta que las presiones de los neumáticos son muy importantes en el Dakar. Por norma general, los pilotos quieren tener una presión baja en las dunas para tener un mejor rendimiento –la banda de rodadura tiene mayor superficie de contacto con el terreno–… pero en los terrenos más rotos y llenos de rocas es necesaria una presión más alta, no en vano hace que el neumático sea más resistente a los pinchazos.

Si tenemos en cuenta que los T1+ y T1U no tienen el sistema de inflado y desinflado de neumáticos, los competidores deben salir a las especiales haciendo ciertas ‘concesiones’ o buscando un ‘equilibrio’ entre prestaciones y riesgo de pinchazos.

Si, además, la organización no acierta en las estimaciones de los recorridos y dice a los equipos que van a encontrarse con etapas ‘sencillas’ hasta la tercera o la cuarta, cuando en realidad la segunda fue durísima –dicho por el propio Carlos Sainz– y seguramente muchos salieron con presiones que no eran óptimas… digamos que se forma un cóctel muy explosivo.

Por último, no podemos olvidar que los pilotos también tienen su parte de culpa. El hecho de no querer perder tiempo respecto a los rivales hace que muchos pasen con el cuchillo entre los dientes por zonas más delicadas, y ello hace que los neumáticos sufran mucho.

Avisó la organización sobre esta 45ª edición del Dakar, para la que diseñaron un recorrido más duro que en ocasiones anteriores… y así ha sido, como se puede comprobar con tantos pinchazos. A BFGoodrich también parece haberle pillado por sorpresa este incremento de la dificultad, ya que los T1+ y T1U ya estaban en liza en el Dakar de 2022.