Multan al jefe ejecutivo de Lotus por exceso de velocidad

Gales circulaba por la A11, cerca de Norwich –Inglaterra–, sede de la marca de deportivos británicos, cuando fue 'cazado' a 164 kilómetros/hora en una zona limitada a 110, mientras probaba una de las nuevas máquinas de compañía.

Simon Nicholls, su abogado defensor, dijo al tribunal de Norwich que una sanción más liviana sería procedente, en vez de quitarle más puntos en el carnet, del cual ya le faltaban algunos. Por supuesto, se alegó conducía con mucho cuidado, y que tendría que vigilar su velocidad en el futuro.

Sorprendentemente, la presidenta del tribunal, Mary Wyndham, estuvo de acuerdo con el alegato, imponiendo una prohibición de 30 días para conducir vehículos a motor en lugar de sancionarle con la pérdida de más puntos. Le dijo al Sr. Nicholls que su cliente, que no estaba en la corte, debería evitar usar el A11 para probar sus autos en el futuro y atenerse a la pista de prueba en su lugar.

Ya en 2014, Gales fue atrapado en el mismo camino a 160 por hora, y entonces le quitaron 5 puntos y le sancionaron con una multa de 458 euros. Esta vez, debería haber sido condenado a 6 meses sin carnet, pero la sentencia ha sido benévola.

Joshua Harris, director de campañas de la organización benéfica de seguridad vial Brake, dijo: "Conducir por encima del límite de velocidad es egoísta, imprudente y pone en peligro vidas. No hay justificación para viajar a las velocidades demostradas en este caso y el señor Gales debería considerarse afortunado de no haber recibido seis puntos adicionales en su licencia, lo que da como resultado una veda de 12 meses".

Nicholls dijo a The Telegraph que los magistrados habían tomado una "decisión de sentido común" y agregó: "Hay personas que hacen cosas mucho peores: alguien que maneja a 60 kilómetros por hora hablando por su teléfono móvil es mucho más peligroso".

Se le impusieron los 30 días, 770 euros de multa más las costas procesales. Poco, teniendo en cuenta el cargo, que cuentan con pista de pruebas, y con una serie de pilotos e ingenieros para las pruebas de los vehículos. Pero, como dijeron en su defensa, al Sr. Gales le gusta probarlos por sí mismo. 

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