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Madrid: así es el nuevo protocolo por alta contaminación

08/10/2018 09:07

Hoy día 8 de octubre entra en vigor el endurecimiento del protocolo por alta contaminación anunciado en mayo en Madrid. Las restricciones alcanzarán un área mayor y afectarán también a motocicletas y ciclomotores, hasta ahora exentos.

El protocolo por alta contaminación aplicado desde febrero de 2016 contemplaba cuatro escenarios posibles, que pasan ahora a ser cinco. El primero de ellos será meramente informativo, mientras que el último, llamado "alerta", queda reservado para los casos extremos de emisiones de dióxido de nitrógeno. Los niveles de aviso y preaviso se activarán según los datos de tres estaciones de la red de vigilancia de toda la ciudad, y no dos como hasta ahora.

El nuevo protocolo por alta contaminación de Madrid comenzará con la recomendación de utilizar transporte público, así como con una reducción de la velocidad máxima permitida a 70 kilómetros/hora en la M-30 y los accesos a la ciudad. Tras dos días consecutivos en los que se supere el nivel de preaviso o uno de aviso, las plazas SER quedarán reservadas para los vehículos CERO y ECO en el horario correspondiente, que es de lunes a viernes no festivos entre las 09:00 y las 21:00 horas y los sábados de 09:00 a 15:00. Ningún vehículo que no tenga la etiqueta ambiental de la DGT podrá circular por dentro de la almendra central y la M-30. Esta medida afecta a los vehículos de gasolina anteriores al año 2000 y a los Diesel anteriores a 2006.

En el tercero de los escenarios, que se activa al llevar tres días seguidos de preaviso o dos de aviso, la prohibición de circular a coches sin la pegatina de la DGT se extiende a toda la ciudad. De ahí pasamos a un cuarto escenario, nuevo, que amplía esta limitación a los vehículos con la etiqueta B.

El quinto y último de los escenarios, que Madrid nunca ha alcanzado, supondría que solamente los vehículos CERO podrían estacionar en la zona SER y que la prohibición de circular alcanzaría además a los vehículos con pegatina C. De esta manera desaparece el criterio por matrículas a la hora de elegir los coches que pueden y no circular en función de la contaminación reinante, lo que da valor a las etiquetas medioambientales de la DGT y castiga a los vehículos más antiguos y, por tanto, más nocivos.