Los García Merino, los ocho hermanos que disputan el Dakar

Las familias acostumbran a reunirse por las vacaciones de Navidad, lo tradicional, junto a sus padres. En algunos casos en una estación de esquí o en unas vacaciones en las Seychelles. Pero a los García Merino no les va tanto: lo suyo es la aventura. ¡Qué mejor aventura que el Dakar!

Este año han elegido el Dakar para pasar quince días juntos ahora que hay menos ocasiones para reunirse ya que viven en diferentes puntos de España. “Lo que no se les ocurra a sus integrantes o es aburrido o no merece la pena”, han bromeado.

Los hermanos García Merino son 8, cuatro hombres -Alberto, Julio, Julián José y Miguel Ángel- y cuatro mujeres -Pilar, Esther, Sonia y Olga-, así que han decidido hacer cuatro equipos mixtos para el Dakar Classic. Julián ya sabe lo que es participar, pues lo ha hecho varias veces en moto, incluso fue octavo en la categoría ‘malles’, es decir, los que van sin asistencia. Alberto y Julio lo afrontaron el pasado año, pero en la categoría Classics’.

“Ya hicimos algo parecido en el Rally Intercontinental hace unos años, aunque será la primera vez que todos compitamos -en el Intercontinental alguno hacía de asistencia- pero esto eleva el listón”, ha asegurado Alberto, quien señala que la idea se les ocurrió mientras volvían del Dakar Classic el pasado año y les costó poco convencer a sus otros hermanos. “Será lo más grande que hayamos hecho juntos”, ha afirmado.

Julián y Alberto se han encargado de preparar los coches. Todos son Toyota HDJ 80, comprados de desguace, restaurados, repasados y preparados. El objetivo no es brillar, sino divertirse y pasar 15 días sensacionales. Incluso tienen previsto hacer las especiales y enlaces juntos para apoyarse: quieren llegar todos ellos a la meta, aunque tengan que remolcarse unos a otros. 

“Disfrutar todos juntos es a la vez nuestro reto y nuestro premio”, ha dicho Pilar. “Los Merino somos sobre todo Merino y hacemos ‘merinadas’. Es nuestra forma de entender la vida. Arrimar hombro con tus hermanos y hermanas es lo que te hace grande. Este Dakar será una gran aventura que nos podrá a prueba a todos… pero que necesitábamos como respirar”, ha añadido Esther.

La aventura no sería completa sin trabajo y sufrimiento. Si ellos se han preparado los coches, ellos los repararán y mantendrán por las noches en el campamento. No llevan asistencia, como hicieron Alberto y Julián el pasado año, pero dicen que lo peor no será en Arabia, sino que los nervios son antes, los que han sufrido mientras preparaban los coches y la participación.

Julián, bombero madrileño, tiene experiencia en moto, aunque nunca ha corrido en coche. “Cuando acabé octavo en ‘Malles’ en 2019 me dije que no volvería, hacen falta muchos sacrificios personales y económicos… pero no podía decir no a un proyecto de los Merino. ¡Tenía que estar!”, ha afirmado.

Un coche ya lo tenían. Los otros tres los encontraron a través de diversos contactos, incluso en Mauritania. “Estar todos juntos en mitad del desierto es algo único, compartes todas las penurias, los buenos momentos y también las horas de mecánica que vamos a tener que echar debajo de los cuatro vehículos. Yo siempre digo que al Dakar voy a descansar, que lo realmente complicado es tenerlo todo en su sitio para conseguir volver a participar”, ha explicado.

Para Miguel Ángel y Olga, esta será la primera experiencia en competición. “Una experiencia nueva. Y el objetivo es disfrutar con nuestros hermanos dicen”, ha detallado.

En el Dakar hemos visto equipos de parejas, de padres e hijos, de hermanos… que compiten juntos o por separado. Pero ocho hermanos, ocho… es la primera vez. Lo más parecido quizás es la participación de los Ickx -Jacky y sus cinco hijos- en las 25 Horas de Spa de las Fun Series, con los VW Beetle preparados.