Las versiones 'track days' han llegado para quedarse

En estos últimos años han proliferado los vehículos ‘track days’, ya sean diseños exclusivos, ya sean basados en modelos existentes. La moda comenzó, dejando aparte algún ejemplo británico, por las marcas de lujo: Ferrari, Pagani, Lamborghini, etc. ofrecen en sus catálogos coches de altas prestaciones que no se pueden disfrutar en carretera.

Al principio pudo parecer que eran juguetes para ‘caprichosos millonarios mayores’, a quienes gusta la adrenalina pero a quienes la competición no les atrae, salvo unas ‘risas’ informales entre ellos.

Pero la aparición cada vez mayor de estos coches obedece sin duda a raíces más profundas: la cantidad de ‘petrolheads’ deseosos de pisar el acelerador y que se ven privados de ello porque la competición está fuera de su alcance o sus expectativas, y hacerlo en carretera está simple y llanamente prohibido. Las limitaciones de velocidad son algo prácticamente ‘universal’.

Los coches de ‘track days’ son muy atractivos para este público. Sobre el papel, mucho más fáciles de mantener y más fiables que cualquier vehículo de competición, aunque sea de segunda o tercera mano. Averías y golpes son asimismo más sencillos de reparar.

El Mustang ‘Track Days’ cuesta poco menos de 132.000 dólares –unos 120.000 euros al cambio actual–. La versión de competición más asequible, la GT4, debe doblar con creces ese precio. Y la GT3, recientemente presentada, no debe bajar de los 800.000. Y en ambos casos, los costes de mantenimiento deben dispararse asimismo muy por encima de los del Track Days. Posiblemente un día de pista con los de competición pura sea más costoso que muchas jornadas de disfrute en circuito, al menos en tandas colectivas, cuando el precio del alquiler de la pista no cuenta.

Puede parecer absurdo, pero todavía hay mucha gente que prefiere esta diversión que el tener una pequeña embarcación, a vela o motor, con la que navegar. Y que prefieren tener un coche ‘dedicado’ a utilizar uno de los habituales deportivos de su garaje. No es un problema de potencia, sino de las sensaciones que ofrece con sus suspensiones y frenos mejorados, su cambio de marchas ‘cerrado’.

En Estados Unidos comienzan a proliferar ‘circuitos privados’, donde no hay carreras, a lo sumo algún pique de socios. En España tenemos varios ejemplos de circuitos cuyo ‘negocio’ son los ‘track days’: los dos de Almería, Guadix, Monteblanco, Ascari Resort... por no hablar de la catedral, el Nordschleife de Nürburgring.  

Incluso las grandes instalaciones del deporte de alta competición, como Barcelona, ofrecen ‘tandas’ los fines de semana libres, donde dar rienda suelta a la adrenalina en condiciones de seguridad, sin poner en peligro a los demás y sin representar transgresión legal alguna.

Lo dicho, las versiones ‘track days’ han llegado para quedarse y encontraremos versiones de modelos populares y a precio más asequible.