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Las aseguradoras están en guerra contra Kia y Hyundai por la vulnerabilidad que afectaba a sus coches

Las compañías de seguros reclaman una indemnización por las pérdidas que les ha causado este problema

La demanda asciende a mil millones de dólares

Hyundai Tucson

Rubén Leal

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20 Nov 2023 - 13:02

Kia y Hyundai siguen afrontando consecuencias legales por la vulnerabilidad en el sistema de arranque de algunos de sus modelos, lo que permitía robarlos con facilidad. Las compañías de seguros reclaman a los fabricantes una suma de mil millones de dólares por las pérdidas ocasionadas.

Hace tiempo que las aseguradores se metieron en juicio contra Kia y Hyundai debido a la vulnerabilidad que hacía que algunos de sus coche se pudieran robar con facilidad. Al carecer de inmovilizador algunos de los modelos de arranque con llave tradicional, era relativamente sencillo arrancar con un cable de tipo USB.

De hecho, se hicieron virales vídeos en la red social TikTok que enseñaban cómo llevar a cabo esta práctica ilegal.

Lo último que sabemos es que un juez norteamericano le ha vuelto a dar la razón a las compañías de seguros, tras recurrir los fabricantes la anterior decisión. Reclaman a Hyundai y Kia el pago de una suma en torno a los mil millones de dólares, que es lo que estiman que han perdido debido a la gran cantidad de partes que han tenido que asumir debido a este error de las marcas de coches.

Los robos comenzaron en 2021, pero esta falta de seguridad ya se daba en modelos fabricados en 2011 y hasta 2022. Hace meses que se están buscando soluciones más o menos efectivas, pero los seguros reclaman el daño que se ha hecho a lo largo de todo el tiempo previo.

Es más, hay aseguradoras que no querían proteger a estos modelos afectados y algunas que se siguen negando a hacerlo. Lo cierto es que la normativa estadounidense obliga a tener un sistema de arranque que impida la activación sin la llave original del vehículo en cuestión, pero Kia y Hyundai optaron por no hacer uso del mismo durante un tiempo.

No es la única consecuencia legal por este hecho, sino que ya a principios de 2023 los fabricantes cedieron a la demanda colectiva de los propietarios de algunos de estos coches, motivo por el que tuvieron que desembolsar un total de 200 millones de dólares.

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