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La fábrica de Honda en Wuhan, ¿ejemplo para el resto del mundo?

08/04/2020 18:15

Después de 76 días de confinamiento, la metrópolis de Wuhan vuelve a ponerse en marcha. El origen del coronavirus recupera la actividad industrial cuando la pandemia azota Europa y avanza rápidamente en Estados Unidos. Una de las fábricas que han vuelto a la carga es la de Honda, que presume de haber recuperado los niveles de producción previos a la crisis. Eso sí: con medidas de control más estrictas que nunca que pueden servir de inspiración para los fabricantes europeos, que valoran ahora su estrategia para el desconfinamiento.

La planta en cuestión produjo 790.000 vehículos en el año 2019. Para poner esos datos en contexto, basta con señalar que Seat Martorell ensambló unos 505.000 en el mismo periodo. En el caso de Honda, esta factoría no es exclusiva, sino que forma parte de un esfuerzo conjunto con Dongfeng, en línea con la tradición de asociarse con fabricantes locales para recalar en el país. La gigafactoría de Tesla es la excepción.

La fábrica de Honda en Wuhan cerró a finales de enero, cuando las autoridades ordenaron el confinamiento de la población. Permaneció todo el mes de febrero en blanco, hasta que el 11 de marzo obtuvo permiso para recuperar la actividad de forma progresiva. Ahora que la ciudad ya ha reabierto sus puertas, los responsables de la infraestructura confirman a la agencia Reuters que fabrican tantos coches como antes de la crisis sanitaria.

Esta circunstancia ocurre cuando las marcas entran en pánico en el resto del mundo por la parálisis de la producción y la crisis económica que ya vislumbran. La preocupación es generalizada. En España, la automoción ha emitido un comunicado sin precedentes para exigir al Gobierno un plan de choque nacional que salvaguarde un sector que representa el 10% del PIB. En Alemania, Volkswagen, BMW y Daimler han conversado con la canciller Angela Merkel y constituido un grupo de trabajo para determinar cómo debe ser la vuelta al trabajo.

Dado que China se encuentra al final de la primera oleada del Covid-19, su ejemplo puede servir de inspiración para una Europa que todavía va con varias semanas de retraso. Y el caso de la fábrica de Honda en Wuhan bien puede ser estudiado por el resto de las marcas de coches, porque es posible que llegado el momento deban adoptar medidas similares para poder retomar la actividad.

 

Honda ha pedido a sus empleados que informen de si han pasado el Covid-19 en las últimas semanas y ha instalado múltiples puntos de control de temperatura corporal para detectar posibles casos en sus instalaciones. También les hace rellenar diariamente un formulario en el que deben informar de si han tenido tos o han establecido contacto con alguna persona enferma.

Para reducir el riesgo de contagio, cada trabajador lleva una máscara protectora y manipula los instrumentos con guantes. Les piden que mantengan siempre un metro de distancia entre ellos, aunque eso no siempre es posible. Las áreas comunes de descanso permanecen cerradas en alas del distanciamiento social. Para comer, las personas se sientan en taburetes debidamente separados.

Aproximadamente el 98% de los 12.000 empleados de la factoría han vuelto a su puesto de trabajo y ahora hacen más horas que nunca para recuperar la producción perdida. El nuevo objetivo es de 1.237 vehículos diarios, lo que implica un incremento del 17% respecto a las cifras previas a la crisis sanitaria. La compañía asegura que no ha tenido ningún positivo desde su reapertura.