CURIOSIDAD

¿Dónde está el motor? Surrealismo en el incendio de este Porsche

16/02/2019 22:00

La pasada semana, en París, un Porsche Cayman de primera generación sufrió las agresiones de las protestas de los chalecos amarillos. Rápidamente se avisó a las autoridades pero, tras extinguir las llamas e intentar acceder a la mecánica, éstos lo hicieron como si de un coche normal se tratase, a través del compartimento frontal, sin saber que el Cayman posee motor central.

Las protestas de los chalecos amarillos continúan en distintas ciudades de Francia. Las últimas víctimas han sido varios coches de lujo, entre ellos un Cayman, un 911 y un Ferrari F12 Berlinetta, que han sido objetivos de actos vandálicos como incendios o pintadas. En el caso del Cayman, estas personas rompieron las ventanillas para poder acceder al habitáculo y así prenderle fuego. Las llamas se propagaron rápidamente hasta envolver todo el interior, por lo que los bomberos acudieron rápidamente a la llamada y se apresuraron a sofocar las ya enormes llamas.

Más allá de estos denunciables actos, a continuación ocurrió algo digno de reseñarse. Este vídeo fue grabado por unos turistas y subido a la página de Facebook 'Rio de Janeiro Porsche Club'. En él, se aprecia claramente cómo el Porsche desprende una tenue humareda mientras los bomberos se afanan en abrir el compartimento frontal, como si buscaran el motor para terminar de asegurar la incidencia, mientras dos de sus compañeros rocían agua al interior del habitáculo aún congestionado por el humo.

Hay algunas personas que aseguran que lo que en realidad buscaban era la batería del vehículo para desconectarla, procedimiento importante a la hora de apagar un incendio, y que por ello forzaron el maletero. Sin embargo, a juzgar por el vídeo y la expresión de haber perdido el tiempo al lograr su cometido, da la impresión de que verdaderamente no sabían dónde se encontraba el motor del Cayman.

Mención aparte merecen los autores del vídeo, que conocían de antemano la ubicación de la mecánica y a los que se oye claramente decir entre ellos –en portugués– que ''ahí no está el motor''. Por suerte, no ha habido mayores consecuencias, pero es difícil comprender cómo no decir a los bomberos dónde está el motor para facilitarles el trabajo y no poner más en peligro su integridad física.