La Guardia Civil comprobará las llamadas de móvil de los accidentados

La comprobación del uso o no del móvil a los implicados en un accidente de tráfico no podrá, en ningún caso, realizarse en el lugar del siniestro. En el caso de que los agentes sospechen que cualquiera de los accidentados conducía distraído por hablar por teléfono, en el atestado se podrá requerir al juez que solicite a la compañía correspondiente un informe detallado de las llamadas entrantes y salientes en una determinada franja horaria.

El resultado de esta investigación, no obstante, no será determinante de cara a imponer una sanción, ya que habrá ciertos condicionantes y la posibilidad de que el conductor alegue. Se puede dar el caso de que la llamada se haya hecho con el manos libres del vehículo, algo del todo legal. Cuando la DGT y los jueces tengan los datos de las llamadas y las horas de interés, se podrá evaluar la dimensión de la imprudencia y la correspondiente sanción. En todo caso se recuerda que no se va a analizar el contenido de la llamada, sino su influencia en el tráfico. Actualmente, usar el móvil al volante se sanciona con 200 euros y tres puntos del carnet, aunque si se produce un accidente con resultado de lesiones o muerte, el caso pasa a la vía penal.

LAS APLICACIONES MÓVILES DE TRÁFICO, EN ENTREDICHO

Otro de los focos de la polémica entre los dispositivos móviles y la conducción son las aplicaciones. Son bastante populares aquellas que avisan de retenciones, obras, controles de velocidad o controles de alcoholemia en tiempo real, algo que quiere atacar el Instituto Armado, según informa El País. Las autoridades han constatado que desde que existen estas aplicaciones, el tráfico se reduce considerablemente en cuestión de minutos cuando ponen un control. Se quiere poder examinar los móviles de los conductores y sancionar a quienes tengan instaladas aplicaciones de este tipo, pero fuentes jurídicas apuntan a que es algo del todo inviable porque, sin una orden judicial, se vulneraría el derecho constitucional a la privacidad de las comunicaciones.