GFG Style Kangaroo: aunque no lo parezca, es un SUV

El nuevo GFG Style Kangaroo, último proyecto de los Giugiaro, se presenta en la edición 2019 del Salón de Ginebra, aunque desde ya mismo podemos confirmar todos y cada uno de sus detalles. Parte de un concepto que sus creadores han bautizado como Hyper-SUV, y viene a ser un deportivo eléctrico de muy altas prestaciones que puede tener ciertas capacidades off-road, principalmente por la inclusión de una suspensión variable en altura.

La angulosa imagen que presenta el GFG Style Kangaroo anticipa de todo menos un crossover. Lo mismo sucedió en su día con el Italdesign Parkour, presentado en 2013 y en el que se inspira éste. Eso sí, a nivel mecánico el coche del que hablamos hoy poco tiene que ver con aquel, que equipaba un motor V10 de 5.2 litros.

El GFG Style Kangaroo incorpora dos motores eléctricos que, juntos, ofrecen una potencia de 360 kilovatios, lo que equivale a 489 caballos. Las baterías que alimentan los propulsores tienen una capacidad de 90 kilovatios hora, y son las responsables de que se anuncie una autonomía de unos 450 kilómetros.

La mencionada suspensión, gran responsable de poder mezlcar dos mundos tan diferentes como el de los hypercar y el de los SUV, ofrece tres modos. El más deportivo de todos es el conocido como 'Racing', y hace descender la altura libre respecto al suelo hasta los 140 milímetros. En el medio queda el modo 'Road', que eleva esta cifra hasta los 190, mientras que el modo más aventurero, el 'Off-Road', se va hasta los 260.

En cuanto al diseño puro y duro, se ha tendido más a destacar la parte deportiva del GFG Style Kangaroo que la aventurera. De esta forma, aparecen unas enormes llantas de 22 pulgadas de tamaño que poco tienen que ver con las de un coche con intenciones camperas. En cuanto al interior, se opta por una serie de futuristas soluciones con elementos que dejan entrever una importante carga tecnológica, como son la presencia de un cuadro de mandos totalmente digital y una consola central donde los controles físicos brillan por su casi total ausencia.