El último lanzamiento de Bentley es... ¡una moto!

Se trata, eso sí, de motos exclusivas, lujosas, de altas prestaciones y edición limitada… realizadas por Ducati. Ninguna sorpresa. Tanto Bentley como Ducati giran en la órbita Audi.

Los diseñadores, tanto de Ducati como de Bentley, han partido de la Ducati Diavel y han tomado el exclusivo Bentley Batur, del que sólo se fabricarán 18 ejemplares realizados 'a mano', como inspiración para esta serie de Ducati Diavel for Bentley.

El motor de la Diavel es V4 de 1.2 litros con 168 caballos a 10.570 rpm, suficiente para ofrecer las prestaciones adecuadas. Después de todo, la relación peso potencia está a la altura del Bugatti Chiron.

Se fabricarán 500 unidades más otras 50 adicionales denominadas Ducati Diavel for Bentley Mulliner, éstas exclusiviamente reservadas para clientes de Bentley. Mulliner, como se sabe, era un afamado carrocero británico, actualmente propiedad de Bentley, que realizaba las versiones más lujosas de Bentley y otras marcas.

Estéticamente hay cambios en las tomas de aire laterales –inspiradas en la calandra bicolor del Bentley–, y el carenado. Lleva asiento monoplaza en Alcantara negro, si bien montar un asiento para acompañate es opcional. Las llantas son exclusivas, forjadas y de diseño directamente derivado de las del Batur, pintadas en Dark Titanium Saten. El guardabarros delantero, el carenado y la vista superior del depósito recuerdan a la nervadura del capó delantero. Y muchos de los elementos del carenado son de fibra de carbono.

¿Color? La mayor parte de Ducati son rojas, pero el color de Bentley es verde así que nada mejor que el Scarab Green que se ofrece en los Bentley Mulliner.

Las 50 unidades 'Mulliner' tendrán algunas diferencias. Elección de color para la tapicería, del sillín, llantas de carbono, pinzas de freno personalizadas, etcétera. Y por supuesto, los logos de Bentley, detalles bordados… y el número de serie

El precio, al alcance de muy pocos moteros, 70.000 euros… pero para los clientes de Bentley quizá sea simplemente 'argent de poche'. Es más, posiblemente si la quieran dirán solamente 'envíemela', sin preguntar precio. Y la recibirán en casa, en una caja de madera debidamente personalizada.