El coronavirus afectará al diseño de los nuevos coches

Karim Habid, el nuevo responsable de diseño de Kia, ha iniciado su andadura en el nuevo  cargoenfrentándose precisamente a este problema. Un problema doble: de una parte garantizar la seguridad de los ocupantes del vehículo frente a posibles nuevas pandemias y de otra las nuevas exigencias de los conductores para resolver los problemas de movilidad, sobre todo el problema de ‘la última milla’, ante la previsión de que las grandes ciudades limiten cada vez más el tráfico particular, especialmente del que llega del extrarradio o de las poblaciones vecinas.

Cuando comenzó la pandemia, algunos fabricantes pusieron el énfasis de que los filtros del sistema de aireación de algunos de sus modelos captaban partículas especialmente pequeñas que flotaban en el ambiente y podían incluso ‘filtrar’ el aire para que el coronavirus no entrara en el interior de los coches a través de la aireación y climatización.

Geely anunció un filtro capaz de retenar las partículas de tamaño muy pequeño, hasta de 0,3 micronémisas, en un 95%, lo que es eficaz para las bacterias pero está al límite de serlo con los virus. Tesla también presumió de tener un filtro aún más eficaz que el de Geely. Y hace unos días Ford anunció un nuevo filtro, capaz de aliviar las alergias y rinitis –la investigación se inició mucho antes de la aparición de la COVID-19– y que podría ser eficaz contra el coronavirus.

Habid, que antes de aceptar el encargo de Kia ha sido diseñador para BMW e Infiniti, está convencido de que habrá mucho en este sentido y no sólo en el tema de los filtros del sistema de aireación.

Concretaemente dijo que deberían buscar nuevos materiales que no permitan al virus mantenerse activo horas o incluso algún día en su superficie. Citó los recubrimientos interiores y las manetas de puertas y portones como elementos que deberían adoptar estos materiales. También algunos mandos que acostumbran a ser utilizados tanto por el conductor como el acompañante: los de los sistemas de audio e infoentretenimientos así como los de la climatización.

Éste es un campo en el que seguramente se colaborará con muchos diseñadores industriales, porque habrá muchos objetos cotidianos que requerirán este tratamiento. Pensemos en las mesas de los bares, las máquinas expendedoras... objetos a través de los cuales serían posibles y fáciles los contagios. El cobre es uno de los materiales posibles, aunque las exigencias de la electrificación del automóvil pueden hacer que el precio del mismo suba.

"Va a ser importante hablar con psicólogos y antropólogos para intentar comprender cómo reaccionará el público", dijo Habid. Hay muchas preguntas en el aire. ¿Demandará recubrimientos interiores antivirales? ¿Preferirá la sencilla solución de colocar luces ultravioletas en el interior de los coches? ¿Bastará con hacer que la calefacción funcione unos minutos a tope para destruir el virus?

Otro de los desafíos es el posible miedo de los usuarios a utilizar transporte público, sobre todo en las líneas y horas en las que éste está sobresaturado. Esto es algo que preocupa a los responsables de movilidad y calidad de aire de las ciudades porque temen un repunte importante del tráfico cuando se normalice la vida… incluso superando récords anteriores, precisamente en contra de lo que venían trabajando.

Para los automovilistas, un desafío nuevo, porque muchas ciudades imponen restricciones a los vehículos más contaminantes o bien restricciones en las vías por donde se puede circular, los horarios hábiles o utilizando al aparcamiento como medida disuasoria.

Es cierto que los vehículos compartidos –sobre todo motos y bicis– son una posibilidad no desdeñable, pero quizás provoquen reticencias ‘porque no sabes quien lo ha usado antes’.

Varios fabricantes están comenzado a ofrecer patinetes eléctricos como un ‘accesorio’ a sus automóviles. Uno de los retos será integrarlos de forma que no molesten en el maletero, tengan su propio compartimento o zona, e incluso una toma de recarga. La idea es efectuar ‘la última milla’ o los pequeños desplazamientos con estos ligeros vehículos, tras haber dejado el automóvil en una plaza de parking.

"La pandemia ha cambiado la forma en la que estamos viviendo estos meses, pero también cambiará la forma de vida del futuro", admite Habid, y quizás algunas de las soluciones globales que se estudiaban –vehículos compartidos, transporte público, etc– deberán replantearse y adecuarse a lo que ha dado en llamarse ‘distanciamiento social’, que quizás debe cumplirse más tiempo del que pensamos y puede tener que convertirse en algo recurrente o cíclico con la aparición de nuevas pandemias.

"Creo que tenemos que esperar y ver lo que sucede para tener una idea de cómo diseñar los vehículos", es decir saber si la movilidad compartida será aceptada de nuevo o bien se preferirá la ‘seguridad’ del vehículo propio.