Con la victoria de Biden, las marcas europeas respiran aliviadas

El presidente Donald Trump tenía una política tan clara como errónea en materia del cambio climático, cercano como mínimo al negacionismo del mismo. Y también aplicaba una política de 'America First' que obligaba a las firmas europeas a potenciar la producción en Estados Unidos, a permitir que las americanas mantuvieran sus motores de gran cilindrada y que la transición a la electrificación fuera más lenta y pausada, sin necesidad de inversiones arriesgadas.

Del presidente electo Biden se espera justo lo contrario. El demócrata ya ha anunciado que, en su primer día en el despacho oval, firmará una orden ejecutiva para que Estados Unidos vuelva a entrar en el Acuerdo de París, prólogo de una nueva política claramente favorable al control de emisiones y la electrificación. Pero también se espera una 'apertura del mercado' con la firma del Tratado Transatlántico sobre Inversiones y Comercio.

Biden afirmó en su campaña que ofrecerá incentivos de hasta 7.500 dólares a los ciudadanos y empresas que adquieran vehículos eléctricos. También que pondrá en marcha un plan para poner en funcionamiento medio millón de puntos de recarga a lo largo y ancho del país.

Y también que impondrá mayores limitaciones a las emisiones de los automóviles, que en Estados Unidos Trump había convertido en muy laxas y lo que ha dado origen a enfrentamientos judiciales entre las administraciones federal y de algunos estados, entre ellos California. Varios estados querían imponer restricciones parecidas en línea con las de California.

Elon Musk, el gran patrón de Tesla, estará satisfecho porque esta política juega a su favor, a pesar de que no había escondido en ningún momento su simpatía por Trump por su buena sintonía en lo económico e industrial. En Ford están llevando adelante una política de abonar las grandes berlinas en favor de los SUV, además de que su modelo más vendido es el F150, un 'truck'… pero la marca del ovalo es la única gran marca americana que se ha alineado con la política de California en busca de la neutralidad de emisiones, cosa que ni GM ni Chrysler –FCA–.

En cualquier caso, las 'Big Three', tienen planes para electrificación y reducción de emisiones. Tanto California como Nueva Jersey abogan por el final de los automóviles térmicos en 2035 y todo indica que otros estados se sumarán.

En el sector se espera que Biden recupere las normas sobre emisiones que Trump 'descafeinó' y anuló, así como retomar las sanciones por incumplimiento. Un gesto que podría ser de los primeros en hacer, a la par que ofrecer incentivos de alguna forma a la industria para que acelere el cambio.

Eso sí: Biden no quiere ponerse totalmente en contra de este importante sector económico americano y de alguna forma incentivará que la producción se haga en suelo americano, en Estados Unidos, en lugar de venir de Europa, México o China, pero no dificultará la llegada de automóviles desde Europa.