Aparece una decena de coche de los años 20 y 30 abandonados

Muchos vehículos acaban sus días en desguaces, bien sea por algún accidente o como víctimas de los planes de renovación del parque móvil. Un triste final que en ocasiones sirve para que otros muchos, gracias a sus piezas, puedan seguir en circulación. Pero existen casos, muchos, donde un coche queda abandonado y olvidado por muchos años en algún lugar, y con el tiempo es descubierto por quien menos se lo espera.

Este último es el caso que le ha ocurrido en Estados Unidos a David Mount. David es un contratista que había recibido el encargo de demoler una propiedad. Mientras completaba el trabajo acordado se llevó una grata sorpresa, pues aparecieron una serie de automóviles, en un estado calamitoso, fabricados antes de la guerra y de origen americano. Un total de diez unidades escondidos en la bodega de la propiedad bajo una gruesa alfombra verde, repartidos por las hectáreas de tierra que rodeaban la casa o atrapados por la maleza.

Según cuenta David, los coches han permanecido abandonados durante al menos dos décadas, pues eran propiedad del padre del actual dueño de las instalaciones. Ninguno se encontraba en buena estado y muchos de ellos no se podrán recuperar y apenas servirán como donantes de piezas. Pero había unas unidades muy concretas que sí ofrecían un futuro y además, eran piezas raras de encontrar. Entre los hallazgos, dos Ford Speedsters, un Plymouth PB Roadster de 1932, un Ford T Express Truck con chasis largo de 1927 y un Chevrolet Sedán de 1938.

Uno de los Ford T que David encontró era especialmente llamativo. Estaba equipado con una carrocería 'boat tail' diseñada por Morton & Brett, una empresa dedicada a las conversiones de carreras son sede en Indianápolis. Es una unidad convertida para competir en las carreras que se llevaban a cabo en aquellos años, antes de que se popularizaran los óvalos. Otro Ford T Morton & Bouried de 1929 y un Ford de 1937 con un V8 de Ford de cabeza plana yacían cerca. Este último ha terminado en el garaje de David, que ha priorizado su restauración para poder disfrutar de su conducción lo antes posible.

El Ford T 'boat tail' se ha vendido a un coleccionista de Virginia, pero el Plymouth PB se ha marchado junto al Ford del 37. Será restaurado a su debido tiempo aunque está muy completo al faltar únicamente los dos asientos y la capota.

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