ClearMotion revive la 'alfombra mágica' de Bose para olvidarse de los baches

El objetivo de Bose era eliminar los movimientos de balanceo en las curvas o de cabeceo al acelerar y frenar.  Algo que Citroën había intentado con sus suspensiones hidroneumáticas. La filosofía era conseguir en las suspensiones el mismo efecto que sus famosos cascos 'filtradores de ruidos'.

La idea pudo haber sido inspirada por las 'suspensiones activas' surgidas a inicios de los 80, y que se emplearon en la F1 hasta 1994 cuando fueron prohibidos para evitar que los coches fueran excesivamente rápidos. Éstas surgieron como una necesidad para maximizar el ‘efecto suelo’ y conseguir la máxima eficacia aerodinámica, lo que requería que la carrocería mantuviera siempre la misma posición con respecto al suelo, y Colin Chapman ‘inventó’ en 1981 el Lotus 88 de doble chasis o doble suspensión. De hecho, había dos sistemas de suspensión, uno para el chasis y otra para la carrocería; la primera encajaba las oscilaciones y la carrocería quedaba siempre en la misma posición.

La prohibición fue respetada, pero los ingenieros de Lotus encontraron alternativas para 1982, que fueron cada vez más sofisticadas. Sobre el papel, debían permitir que el piloto eligiese el reglaje de suspensión adecuado –al menos la dureza de amortiguadores– para la curva siguiente; es decir, dejar de lado el ‘reglaje universal’ para un determinado circuito y elegir el ‘reglaje particular curva a curva’. Es más, con la llegada de la telemetría bidireccional –hoy también prohibida– se decía que los ingenieros podrían modificar el reglaje de la suspensión desde boxes, sin intervención del piloto.

Pese a las prohibiciones, los ingenieros han intentado encontrar la forma de reproducir aquel efecto. 'Mass Damper', Fric, etcétera eran soluciones mecánicas o hidráulicas que iban en este sentido, pero pasivas, es decir reaccionaban ante un determinado 'obstáculo' pero no se anticipaban al mismo.

El sistema ideado por Bose fue comprado hace poco más de un año por la empresa americana ClearMotion, que ahora ha presentado su solución denominada 'Digital Chasis System', un sistema esencialmente es muy similar a una suspensión tradicional, pero con un muelle-amortiguador equipado con algo así como una bombona de gas, similar a la de los amortiguadores de gas Bilstein, pero externamente igual.

Los sistemas pasivos tradicionales reaccionan al toparse con cualquier bache o al actuar fuerzas de inercia, mientras que el sistema de ClearMotion actúa de forma preventiva, de tal como que 've lo que viene' y actúa en consecuencia, anticipándose al bache.

Esto se logra mediante la 'Active Valve', es decir, esa especie de depósito hidráulico adicional, en el interior del cual hay electroimanes, válvulas y controladores capaces de actuar en cinco milisegundos para neutralizar cualquier perturbación, modificando la dureza de los amortiguadores. Todo ello controlado por complicados algoritmos y una centralita electrónica, naturalmente.

Los sensores son acelerómetros que, en tiempo real, son capaces de leer la carretera y reaccionar al instante. Válvulas y motores que dejan entrar o salir fluido hidráulico del amortiguador y convierten a este en un 'actuador'. El software, esencialmente, es el mismo que en su día ideó Bose para el Projet Sound.

Es cierto que algunos Mercedes o BMW, por citar dos marcas de prestigio, llevan suspensiones neumáticas de gran eficacia, pero los hombres de ClearMotion sostienen que su sistema es mucho más rápido y eficaz, por lo tanto, mucho más confortable.

Los avances en el campo de la electrónica han sido claves para conseguir un sistema a un precio alto pero competitivo. Los promotores del mismo creen que este año ya se vera algunos modelos con este tipo de suspensión y esperan que algunas marcas lo adopten para sus versiones más lujosas a partir de 2020.

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