Al jefe de Renault le gustaría que hubiera kei cars en Europa. ¿Sabes qué son?

¿Sabes qué es un kei-car? Los urbanos europeos tienen algo de eso, aunque en el fondo son más grandes y más potentes. Los cuadriciclos, tanto ligeros como pesados, como el Citroën Ami y sus ‘hermanastros’ del grupo Stellantis, así como otras propuestas de marcas específicas como Axiam, Ligier, Silence, etc. no cumplen todas las exigencias y sobre todo ofrecen motores y prestaciones mucho más pequeñas.

Ni siquiera el pequeño Smart cumple estas normas. Es más corto que otros kei-car, pero su anchura sobrepasaba lo permitido en la categoría; también su motor, potencia y peso superaban el máximo permitido. Pero Smart modificó el modelo europeo para que cumpliera las normas, aunque su vida fue efímera. La primera generación del Renault Twingo también estaría muy cerca de ello…

Sin embargo, algunos han llegado a Europa. Honda inició su asalto europeo con los N360 y N500, que correspondían a esta categoría y fueron bastante populares en Francia.

Los conductores españoles conocen un kei-car que se comercializó aquí: era un eléctrico y era de Mitsubishi, y se llamaba i-Miev. También se vendió como Peugeot iON. La última versión, vendida entre 2015 y 2019, media 3,48 metros de largo y 1,48 de ancho, y daba 67 caballos de potencia con una batería de 16 kilovatios hora.

Pero también hay otros ejemplos. ¿Recuerdan el Opel Agila o los Suzuki Ignis o Splash de hace dos décadas? Representan la transposición a Europa de modelos kei-car, ya que superan las normas japonesas de este vehículo

Tras la II Guerra Mundial aparecieron muchos vehículos así en el mercado europeo, aunque no había una categoría específica para ellos. Biscuter, Isetta, PTV y muchos más fueron comercializados en España, usando motores de moto. Fueron desapareciendo cuando los 500, 600, VW, 4/4 y similares se hicieron populares.

En los años 70, cuando la primera crisis petrolífera, proliferaron las propuestas de las marcas de coches pequeños, urbanos, por lo general dos plazas, pero no llegaron a buen puerto. Simplemente no había suficientes clientes. El Volkswagen Chicco de 1975 fue un concept que se asemejaba a ello y el Chico de 1992 era asimilable a los kei-car salvo por la cilindrada del motor.

En Japón, los kei-car nacieron tras la II Guerra Mundial, como una categoría especifica.  Eran, son aún hoy en día, un producto hecho a medida de unas necesidades específicas del mercado.

Ofrecen beneficios fiscales. Su pequeño tamaño le permitía eludir la necesidad de parking propio en algunas ciudades. Además, su tamaño es adecuado para las carreteras más pequeñas y las ciudades con las calles más angostas. Sus prestaciones son limitadas, pero suficientes.

Los kei-car actuales no pueden superar los 3,40 metros de largo ni los 1,48 metros de ancho. Su motor está limitado a 660 centímetros cúbicos y la potencia no puede pasar de 64 caballos, por lo general acoplado a un cambio CVT, es decir por variador continuo. Las reglas actuales datan de 1998.

Aunque los hay con apariencia de turismo, incluso deportiva, todo terreno o roadster, incluso pequeños furgones, los más populares son los ‘soap box’, por ser los más prácticos.

Las ‘cajas de jabón’ son populares porque proporcionan espacio suficiente para cuatro personas. Sus formas son muy ‘cuadradas’, como la de una ‘caja de jabón’, las clásicas cajas de detergentes cuando estos eran en polvo. Son estrechos y altos, porque para tener habitabilidad, lo que se escatima en longitud debe ganarse en altura; los ocupantes tienen una posición bastante erguida. Los últimos modelos ofrecen muchas astucias como asientos traseros plegables o banqueta trasera corredera.

Uno de los últimos modelos presentados en Japón es el Suzuki Hustler, que puede tener incluso cuatro ruedas motrices, con una distancia libre al suelo de 18 centímetros que le permite circular por pistas con agilidad.

Entre otros detalles tiene un cofre bajo el piso del maletero, un piso de plástico para poder dejar sin miedo botas u objetos embarrados o sucios. Incluso los asientos pueden plegarse y formar una cama doble.

Pero los ‘Keijidosha’ o automóviles ligeros, de donde procede la abreviatura: kei, nacieron en 1949 como categoría singular y eran mucho más básicos Entonces no podían tener más de 360 centímetros cúbicos ni pesar más de 454 kilos. Incluso eran mucho más pequeños: 2,28 metros de largo, uno de ancho, motores de 100 centímetros cúbicos de dos tiempos o 150 de cuatro tiempos y con velocidad limitada a 40 kilómetros/hora. ¡Minúsculos!

Esta primera reglamentación cambió en menos de un año; las limitaciones de tamaño eran excesivas y se aumentó la longitud a tres metros y la anchura a 1,3. Los motores duplicaron cilindrada y más adelante pasaron a 240 y 360 centímetros cúbicos. Volvieron a crecer a mitad de los 70 y en 1990 una vez más hasta que en 1998 se adoptaron las normas actuales.

En Europa no tendrían que ser tan extremos. De Meo ha sugerido que las normas de estos coches podrían ser específicas, menos exigentes a las vigentes en muchos aspectos. No tiene sentido que un vehículo así se someta a crash-test a velocidades superiores a los 50 kilómetros/hora cuando sólo van a circular por ciudad, cree.

¿Características? Digamos hasta 3,7 metros de largo y 1,65 de ancho, con motores de unos 75 caballos como máximo... o bien eléctricos con baterías relativamente pequeñas de entre 15 y 20 kilovatios hora.