ABS: una historia de seguridad gracias a Mercedes-Benz

Este segundo sistema había sido desarrollado con Bosch, pero el camino hasta llegar ahí había sido más largo. Ya en 1928, el alemán Karl Wessel había obtenido una patente sobre un regulador de fuerza de frenado para automóviles, pero este diseño solo existía en el papel. En 1941, se probó un regulador antibloqueo con el cual, sin embargo, "solo se lograron éxitos modestos", como se informó en el "Automobiltechnisches Handbuch". El sistema de frenos antibloqueo tenía que tener sensores para medir las velocidades de cada rueda delantera, así como una unidad de control para registrar y comparar los datos medidos por los sensores y corregir las desviaciones excesivas al controlar individualmente la presión del freno en cada rueda hasta el momento en el que la rueda está a punto de bloquearse. Los sensores funcionaron satisfactoriamente desde 1952, en un sistema antideslizante para aeronaves, y en 1954 en un sistema de frenos Knorr para ferrocarriles. Pero en los coches era más complicado: tenían que registrar desaceleraciones y aceleraciones en la velocidad de las ruedas, tenían que reaccionar de manera confiable en las curvas y en terrenos difíciles y funcionar perfectamente incluso cuando estaban muy sucias y a altas temperaturas .

En 1967, a Mercedes-Benz y a TELDIX, trabajando codo con codo, se les ocurrió una solución: pastillas de velocidad sin contacto que operasen según el principio de inducción. Sus señales debían ser evaluadas por una unidad electrónica que controlaba la presión de los frenos a través de válvulas solenoides. Pero por entonces, la electrónica estaba poco evolucionada y era muy propensa a los fallos. Hasta que en 1970, un 12 de diciembre, se presentó el sistema definitivo para coches, camiones y autobuses, cuyas pruebas puedes ver en el vídeo anterior. Pero no estaba pulido. Así que Mercedes-Benz y Bosch siguieron investigando la mejora del sistema, que llegó gracias a mejores sensores y la invención de los circuitos integrados que se pudieron construir computadoras pequeñas y robustas, capaces de registrar los datos de los sensores de las ruedas casi al instante y activar de manera confiable las válvulas para ajustar la presión de los frenos.

Y así, en agosto de 1978, Mercedes-Benz se convirtió en el primer fabricante en lanzar oficialmente el sistema de frenos antibloqueo de segunda generación y ofrecerlo como una opción a partir de diciembre de 1978, inicialmente en el Clase S por un recargo de 2.217,60 marcos alemanes. Desde 1984, el ABS ha sido un equipo estándar en los automóviles de pasajeros Mercedes-Benz. Diez años después de la introducción, hasta un millón de automóviles Mercedes-Benz con ABS circulaban en las carreteras de todo el mundo.

La innovación no se detuvo ahí. El sistema de control es cada vez más pequeño, más efectivo y más robusto. Hoy el sistema no solo desacelera de manera óptima el automóvil y conserva su dirección, sino que también sirve como base y generador de impulsos para el sistema de control de deslizamiento de aceleración (ASR), el Programa electrónico de estabilidad ESP®, la Asistencia de frenado y, por supuesto, también para el Sistema electrohidráulico de frenos. En Europa, el ABS se requiere en todos los vehículos de pasajeros nuevos vendidos desde 2004, mientras que los Estados Unidos requieren ABS junto con el ESP en todos los vehículos nuevos desde el 1 de septiembre de 2013. El sistema de frenos antibloqueo también es obligatorio para las motocicletas.