Lancia apuesta un 'all-in' con el Ypsilon, ¿triunfará frente a Mini, Audi y Lexus?

Para crear el Ypsilon Lancia no ha partido desde cero, sino que, como hacen otros grandes grupos del automóvil, ha tomado una plataforma y motores ya conocidos cambiando carrocería e interiores, que es lo que percibe el cliente como premium al conducir un coche. Lancia ha modificado ligeramente suspensiones y ancho de vías para un andar más refinado.

El diseño es diferencial y atractivo. Lo que más impresión causa en persona es su firma lumínica. Tanto la delantera, con tres luces de led en forma de estrella, como la trasera, con luces circulares que rinden tributo al mítico Lancia Stratos, combinadas con dos superficies negras en el capó y el portón del maletero, el resultado es un coche que se aleja de lo convencional para competir con los Mini o Audi A1, por ejemplo.

El interior es arriesgado, y aunque hay una clara ganancia en la presencia y calidad de muchos materiales, otros son un poco más austeros. A nivel de ergonomía la bandeja central, firmada por los interioristas de Cassina, puede ser un gran acierto o algo incómoda, según cada conductor y cliente, ya que a muchos les parece fantástica y, para otros, interfiere en el uso diario. El espacio no es muy abundante, como es habitual en un coche de su tamaño, algo que se nota en las plazas traseras, pero el confort es bueno y el coche se defiende muy bien en recorridos urbanos, que serán los típicos en las grandes ciudades.

DOS MOTORES… Y A LA ESPERA DEL HF

En el plano mecánico las opciones son dos: un microhíbrido de 100 caballos con cambio automático y etiqueta eco y un eléctrico de 156 caballos que da 403 kilómetros de autonomía con etiqueta cero. El microhíbrido cuesta 23.900 euros en la versión de acceso y el eléctrico, 34.500 euros, que se pueden reducir a 27.500 euros en caso de poder acogerse a los 7.000 euros de ayudas del Plan Moves. En 2025 está prevista la llegada del Ypsilon HF, un deportivo con motor eléctrico de 240 caballos que, por lo visto en este motor en los Alfa Junior o Abarth 600, puede dar más de una sorpresa en prestaciones.

La conducción es muy cómoda, sobre todo en el caso del eléctrico. Tiene aplomo y es extraordinariamente silencioso, incluso a velocidades elevadas. El microhíbrido no es un coche prestacional, dado que tan sólo tiene 100 caballos. Puestos a elegir únicamente una motorización, hubiera sido mejor incorporar la de 136 caballos micro-híbrida, que anda más desahogada de potencia.

UNA MISIÓN DIFICIL, PERO NO IMPOSIBLE

Llegamos a las conclusiones, y en la parte positiva están el diseño, una versión eléctrica muy buena y un precio competitivo en la versión híbrida con etiqueta eco. Por muy poco más de lo que cuesta un coche 'popular' conducimos un modelo con ese 'algo más' que tiene Lancia. En la parte menos positiva está un espacio muy ajustado y un interior a veces poco intuitivo. ¿Suficiente para plantar cara a los Mini, Audi A1 o Lexus LBX? Dependerá del gusto de cada cliente, pero está claro que el Lancia tiene su encanto y una gama de motores más ecológica.

El Ypsilon es el primero de los tres coches que Lancia presentará en este relanzamiento de la marca. El próximo será un SUV de 700 kilómetros de autonomía que llegará en 2026 y se llamará Gamma, y el siguiente, un sucesor del mítico Lancia Delta Integrale. Entre los tres deben lograr que la marca se haga un hueco en el mercado premium, un objetivo difícil, pero en absoluto imposible.