Que no te tomen el pelo: tipos de coches de segunda mano

COCHE NUEVO: SIN MATRICULAR

Conviene hacer una pequeña diferenciación porque, a lo largo de mis años como profesional en el sector del automóvil me he encontrado con mucha gente que no tiene muy claro qué es qué cuando se va a comprar un vehículo.

Un coche nuevo, a matricular, es, como bien indica su nombre, uno al que NO se le han puesto placas y cuyo primer propietario puede ser una persona física –un particular– o jurídica –una empresa–. Este detalle es importante más adelante en el artículo. Dentro de esta modalidad encontramos dos posibles opciones de compra:

Pedido a fábrica: el cliente entra por la puerta del concesionario y encarga a fábrica un coche siguiendo sus especificaciones y gusto. Dependiendo de la marca, modelo, versión y opcionales, el tiempo de espera para la entrega puede ser de un mes o, como en el caso de algunas marcas de lujo, con lista de espera de más de un año. Actualmente, la media ronda en los cuatro meses.

Coche de stock: este es un vehículo que ya está fabricado y sobre el cual, el cliente no tiene ninguna posibilidad de configuración. Este vehículo puede encontrarse en tres situaciones:

1. Campa: este concepto genérico hace referencia al lugar en el que se almacenan los coches una vez han salido de fábrica. En ellas encontraremos unidades con dueños ya asignados y otras disponibles para su venta. La ubicación de las mismas puede estar en la propia fábrica o en centros logísticos especialmente dedicados a la distribución de vehículos.
   
   Cuando en un concesionario nos dicen que tienen un coche en campa, significa que es un coche que está fabricado y pendiente de asignación de cliente. Dependiendo del tiempo que lleve parada la unidad –un mes, tres meses o hasta un año–; los colores, la motorización y el equipamiento; las marcas aplican descuentos específicos para ayudar a su liquidación o simplemente para ofrecer unidades de manera más rápida. El tiempo de entrega de estos coches puede ser de alrededor de un mes, dependiendo de su ubicación. No es lo mismo una campa en España que en República Checa.
   
   Importante: a la hora de comprar un coche de campa es conveniente saber cuándo se fabricó y cuánto tiempo lleva allí, porque hay coches nuevos con fuertes descuentos que pueden llevar parados seis meses sin moverse. Si el coche no está bien protegido puede llegar con signos de desgaste por efectos climatológicos. También es importante cerciorarse del equipamiento que tiene esa unidad porque, la unidad que nosotros compremos, puede ser un pre-restyling o que no monte equipamiento concreto al ser de diferente Model Year.
    
2. Tránsito: hace referencia a vehículos que están de camino desde la fábrica o una de las campas a concesionario. Su periodo de entrega suele ser más rápido, alrededor de unos 15 días.
    
3. Stock de concesión: como bien indica, son los vehículos que se encuentran dentro de las propias instalaciones del concesionario, ya sea en la zona de exposición o en el almacén o campa propias de la empresa. Dependiendo del tamaño, la superficie dedicada a coches de stock nuevos será más grande o más pequeña. El periodo de entrega de estos coches puede ser de una semana.

En este apartado os recomendamos que echéis un vistazo al odómetro, porque hay unidades sin matricular que pueden acumular hasta 50 kilómetros. Esto se puede deber a que fue una unidad que pasó los controles de calidad en la fábrica y le hicieron un pequeño rodaje o bien que el concesionario lo ha movido, empleando placas provisionales, por alguna razón. Ninguno de los hechos expuestos es grave o preocupante, pero sí es importante tenerlo en cuenta a la hora de negociar un precio.

COCHES DE SEGUNDA MANO: YA MATRICULADOS

Una vez aclarado lo que es un coche nuevo, vamos a pasar a lo que realmente nos ocupa, que son los coches usados. El concepto de segunda mano o usado tiene en muchos casos más una validez administrativa que no real de uso. Desde el momento en el que le ponemos placas definitivas a un coche, éste pierde valor y se considera ya de segunda mano, aunque no lo sea. Desde ahora y hasta el final os vamos a mostrar los diferentes tipos que existen.

Coches de KM0:

Este tipo de vehículo se caracteriza, generalmente, por ser una automatrícula del concesionario. Éstos tienen que llegar a unos objetivos mensuales y anuales de ventas y, si no consiguen 'colocar' suficientes a particulares o empresas, los concesionarios matriculan unidades para sí mismos. Es una práctica muy habitual que les ayuda a dar salida a los coches, ya que consiguen bajar su precio con respecto a uno igual sin matricular.

Estos coche no deben superar, en ningún caso, los 50 kilómetros de uso y si os intentan 'vender la moto' de que es un KM0 con 500 ó 1.000 kilómetros, que sepáis que es otra cosa. Lo normal es encontrarlos con un rango de 5 a 20 kilómetros.

En ciertas ocasiones, los concesionarios ofrecen a sus clientes la posibilidad de hacer coches KM0 directamente a nombre del usuario final. No es una práctica muy ética, pero se hace. Para que un coche sea KM0 de verdad tiene que estar primero a nombre del concesionario –persona jurídica– y, aunque os lo vendan, no se puede transferir a nombre del cliente final –persona física– hasta, mínimo, tres meses después.

Coche seminuevo:

Es el concepto más amplio de todos e incluye vehículos con diferentes denominaciones y procedencias. Son unidades que van desde los 1.000 hasta los 30.000 kilómetros. Suelen tener como mucho un año o año y medio –más teniendo en cuenta que los coches producidos durante la pandemia, en 2020, fueron menores– y nunca superar los dos. A continuación os dejamos cada uno de ellos detallado.

1. Coche demostración o DEMO: para que los clientes que compran un coche nuevo puedan probar el vehículo, antes de formalizar el pedido a fábrica, las marcas obligan a los concesionarios a tener unidades de prueba que abarquen la parte de la gama más demandada. Así, por ejemplo, un concesionario de Seat puede tener disponibles para probar dos Ibiza con diferente acabado, dos León con diferentes motores y un Ateca.
   
   Estas unidades suelen estar a nombre de los concesionarios, al menos, durante tres meses y el número de kilómetros no suele ser superior a los 6.000 kilómetros, dependiendo de la rotación que tengan las unidades y del volumen que maneje el concesionario. Aunque son coches que, casi siempre se conducen bajo la supervisión de un vendedor, os recomendamos que le echéis un ojo al exterior e interior del coche y comprobéis que todo está correcto y no falta nada –por ejemplo un kit antipinchazos–.
    
2. Coches de gerencia: es posiblemente la denominación con más matices de todas. En principio, un vehículo de estas características es aquel que se matricula para que lo utilice un directivo, bien sea de un concesionario, bien sea de la propia casa matriz. Estas unidades se suelen renovar cada seis meses o un año y, dependiendo del uso pueden llegar a tener hasta 30.000 kilómetros, aunque lo más habitual es que ronden los 12.000 o 18.000 kilómetros.
   
   Cuando estéis en un concesionario y os ofrezcan el coche que conduce el jefe de ventas o el gerente, posiblemente sea una de estas unidades. Aun así prestad atención porque pueden intentar colaros una unidad de sustitución diciendo que es de otro tipo. Las unidades de gerencia suelen estar muy bien cuidadas y, generalmente, corresponden a versiones altas de gama, por lo que podremos hacernos con un vehículo muy bien equipado ahorrándonos unos eurillos. Estas unidades también pueden ser conducidas por los vendedores.
    
3. Coches de sustitución: como bien indica su nombre, son unidades cuyo primer propósito fue el de dar servicio de movilidad a los clientes mientras los suyos estaban en el taller. Al igual que los coches de gerencia, suelen cambiarse cada seis meses o un año con una cantidad de kilómetros que no exceden los 20.000. A veces los concesionarios intentan vender estas unidades diciendo que son de gerencia, cuando en realidad no lo son.
   
   Las principales diferencias que encontramos con los primeros son:
   - Suelen ser unidades con acabados más modestos o mecánicas menos potentes.
   - ​Son vehículos se han conducido sin supervisión, por lo que es importante prestar atención a posibles desperfectos a la hora de negociar el precio.
   
   De todas formas, podéis estar tranquilos porque estos coches se entregan revisados y en perfecto orden de marcha. En algunos casos, pequeños desperfectos estéticos como roces leves o el desgaste de algún botón hace que ese coche sea más barato. Si lo queremos reparado, el concesionario cargará el coste de esa reparación al precio final de venta.
    
4. Buy-Back: este anglicismo corresponde a la práctica de recompra que realizan los fabricantes sobre coches de renting o de alquiladoras. En este acuerdo las marcas ejercen el valor de recompra sujeto sobre los vehículos para posteriormente ponerlos a la venta en subastas o para vender a los propios concesionarios que, a su vez, los venden al cliente final. En el caso de las alquiladoras estas unidades no suelen tener más de seis meses y en el del renting, pueden llegar a tener hasta cuatro años, dependiendo del acuerdo.
   
   ¡Mucho ojo!: la mayor diferencia entre ambas y a la que tendréis que prestar más atención cuando compréis un coche de éstos, porque os la pueden intentar 'colar' como coche de sustitución o de gerencia; es que, los coches procedentes de alquiladoras han de pasar la ITV a los dos años, y no a los cuatro.
   
   En el caso de ser vehículos procedentes de renting, y siempre hablando de turismos y no de vehículos industriales, estas unidades suelen llegan de acuerdos con bancos o las propias casas de coches, que realizan contratos de corta duración con no más de dos años y no más de 30.000 kilómetros.
    
5. Coches importados seminuevos: es poco corriente aunque a veces sucede que, empresas dedicadas a la importación de coches de otros países ofrezcan unidades prácticamente nuevas o con pocos kilómetros. Suelen proceder de subastas y cumplen con los requisitos previamente mencionados. Se trata de unidades con un precio mínimo de unos 30.000 euros y que suelen tener menos de dos años y hasta 30.000 kilómetros. Coches como el Volkswagen Golf GTI MK7 o las últimas versiones de modelos premium de Audi, BMW, Mercedes suelen adecuarse a esta categoría.

Coches usados:

Son todos aquellos vehículos que ya cuentan con más tiempo y uso. En esta categoría encontramos unidades con entre dos y hasta cinco años y entre 30.000 y hasta 80.000 kilómetros. Su procedencia es de lo más variada, pudiendo ser:

• Vehículos de renting cuyo plazo de sustitución es de 36 ó 48 meses: son vehículos con no más de cuatro años y hasta 80.000 kilómetros. Su estado puede ser de lo más variopinto y algunas marcas como ALD los ponen directamente a su venta para que los adquiera un particular.
   
• Vehículos procedentes de compras flexibles –tipo Multiopción de Ford o Soluciones Seat–: suelen ser coches bien cuidados y que, por lo general, no tienen más de 60.000 kilómetros. En algunos casos podemos encontrar unidades con tres años y poco más de 30.000 kilómetros. Son compras muy recomendables ya que nos ahorraremos bastante dinero y son modernos, con las últimas tecnologías.
   
• Vehículos procedentes de recogida: a la hora de comprar un coche nuevo, algunos clientes entregan su coche como parte de pago, especialmente en modelos premium o deportivos. No tienen muchos kilómetros y tienden a estar bien cuidados aunque según qué modelos de altas prestaciones es mejor que os lo penséis dos veces antes de comprarlo porque no sabemos si le han dado 'mucha caña' o están tratados con mimo. Nos referimos a vehículos como el Seat León Cupra, el Audi RS3, el Volkswagen Golf GTI MK7 o el Mercedes A45 AMG. Suelen tener entre dos y cuatro años y no suelen superar los 50.000 kilómetros. El precio de una de estas unidades dependerá del tiempo y los kilómetros pero suelen rondar un mínimo de 30.000 euros.
   

Coches de ocasión:

Es la última de las categorías presentes en la compra de un coche usado. En este cajón desastre encontramos vehículos de todo tipo, condición y estado aunque vamos a intentar dividirlos en cuatro bloques:

1. Coches con entre cinco y 10 años: son coches usados que rondan entre los 60.000 y los 100.000 kilómetros aunque la media suele ser de 80.000 kilómetros. Obviamente son cifras estimadas ya que aquí el mercado es muy variado. Suelen ser coches con las últimas tecnologías en lo referente a seguridad activa y pasiva, aunque en algunos casos, elementos como el cambio involuntario de carril o el detector de ángulo muerto estén disponibles sólo en modelos Premium. Son una opción muy interesante para aquellos conductores noveles que quieran su primer coche. Son seguros, baratos de asegurar y su coste de adquisición asequible.
    
2. Coches con entre 10 y 15 años: por suerte, a día de hoy, un coche con esta antigüedad sigue siendo moderno aunque, en algunos casos, nos encontraremos con que no cumplen con las medidas anticontaminación actuales, especialmente en el caso de los diésel. Su kilometraje está entre los 100.000 y los 200.000, siendo los 160.000 una buena media –alrededor de 16.000 kilómetros anuales–. Su coste de adquisición no es elevado, salvo modelos exclusivos, y cuentan, en muchos casos, con muchas medidas de seguridad.
    
3. Coches con 15-20 años: son los más baratos, generalmente con tecnología menos avanzada y en algunos casos, carentes de pegatina de la DGT. Suelen tener más de 200.000 kilómetros y su coste de adquisición es bajo aunque también son coches más propensos a sufrir averías si no han tenido un trato y mantenimiento apropiado. Sirven para dar un servicio sin más o para aquellos que buscan algo barato para ir del punto A al B sin gastar mucho dinero.
    
4. Coches con más de 20 años: su valor es prácticamente residual y en muchos casos su coste de adquisición no llega a los 2000 euros. Tienen muchos kilómetros y, por lo general, suelen contar con pocos elementos de seguridad, salvo que nos vayamos a marcas Premium. Es la barrera a partir de la cual uno ya piensa más en comprarse un clásico que no un coche de diario.