Mis 'youngtimers' favoritos: el Hyundai Coupé puesto a punto en secreto por Porsche en Weissach

La marca quería empezar a competir con Toyota, una obsesión que les persiguió hasta hace muy poco, y diseñó, con ayuda de Pininfarina, una especie de Toyota Celica con un diseño deportivo… y motores muy convencionales. El chasis parecía y era de hecho más estrecho que la carrocería, algo que no iba a gustar mucho en Europa, y su estabilidad era motivo de dudas, así que Hyundai llamó a la puerta de Porsche, que ofrecía sus servicios de ingeniería a terceros. De hecho, en España desarrolló los motores System Porsche para Seat.

En el caso de Hyundai, el nombre de Porsche no asomaba por ninguna parte –esos royalties se pagaban aparte– pero los ingenieros de Weissach, Alemania, se encargaron del diseño de los tarados de amortiguadores, muelles, frenos y dirección, dando como resultado un coche confortable, dinámico y rápido. Quizás una venganza de aquéllos ingenieros destinados a este proyecto… mientras sus compañeros ponían a punto el 996.

Lo probé en el año 1996 en un viaje al Salón del Automóvil de Sevilla y al Gran Premio de motos en Jerez, así que fuimos con un Coupé blanco ‘enchufados’ y, con un ex-piloto alternándonos al volante, pocas autovías y mucha carretera nacional, conducir aquel coche era de lo más placentero: adelantamientos, curvas o badenes pasaban bajo nuestras ruedas sin pestañear, incluso en la maléfica A-92, conocida por al alta siniestralidad y sus enormes badenes. Vaticinamos que sería un éxito, y así fue.

El coche era bonito, rápido en su versión dos litros de 140 caballos –aunque el más vendido fue el 1.6 de 116 CV– con buena calidad y bien equipado, así que se vendió muchísimo en España, donde fue el primer coche de miles de chavales –y chavalas– que se compraban un deportivo por el precio de un Ford Escort –dos millones y medio de pesetas, unos 15.000 euros al cambio–. 

Seguro que por tu barrio aún queda alguno de estos coches aunque la mayoría cayeron en las garras de los preparadores de tuning. Nunca será un clásico, empieza a ser bastante feo, tienen enormes kilometrajes y ya no encuentras todos los recambios, pero por 2.000 euros podrás sentir cómo va un chasis preparado por Porsche. En el año 1999 no se sabe muy bien cómo, le pusieron un frontal con cuatro faros más feo que el original, y en 2003, su sustituto –alias Tuscany– se vino arriba montando motores V6 de alto consumo y mayor precio, terminando con la fiebre de un Coupé que arrasó en los parkings de las discotecas españolas.