Los cinco mejores videojuegos de coches de los años '80

Hace unos días asegurábamos que la década de los '90 fue la primera gran época dorada de los videojuegos de coches. Entonces salieron a la venta títulos que rompieron con lo establecido y profundizaron mucho más en esta disciplina que hoy en día se ha convertido en algo profesional. Pero antes que esos hubo otros, precursores de ese despegue definitivo y que desde luego tienen su importancia en la historia. A continuación repasamos los que para nosotros son los cinco mejores videojuegos de coches de los años '80. O, al menos, ¡cinco de los mejores!

OUT RUN

El Out Run fue seguramente el primer gran icono de la industria del videojuego en lo que a títulos de velocidad se refiere. ¿Quién no ha conducido el Ferrari Testarossa a toda velocidad con la chica rubia en el asiento del copiloto? Seguramente hoy en día muchos pondrían el grito en el cielo con un planteamiento así, pero eso no quita que este juego sentase cátedra. Había que completar cinco etapas antes de que se terminase el tiempo límite mientras esquivábamos todos los obstáculos que encontrábamos en nuestro camino. Entre ellos se veían otros vehículos como un Volkswagen Beetle, un Chevrolet Corvette, un Porsche 911 y un BMW 325i Cabriolet. ¡Ah! Y también un camión.

SUPER MÓNACO GP

El Super Mónaco GP llegó en el año 1989 con un planteamiento diferente en máquina recreativa y en la consola Mega Drive. En las primeras sólo se representaba –no muy fielmente– el circuito de Mónaco, se elegía entre cambio manual o automático y se corría contra el cronómetro. En el momento que no se superase un punto de control se acababa el juego. En la versión de consola se podía disputar un campeonato del mundo que mostraba representaciones no especialmente acertadas de los circuitos utilizados en 1989, lo que dotaba al título de una mayor profundidad.

POLE POSITION

Siete años antes que el Super Mónaco GP llegó el Pole Position, un título por entonces revolucionario pero bastante simple. Preparado para máquinas recreativas, el jugador tenía que completar una vuelta al circuito en un determinado tiempo para poder tomar parte en una carrera en la que se encontraba con más rivales en pista. Además de por sus gráficos, fue pionero a principios de los '80 por utilizar una vista en la que salía el coche desde atrás, una solución que aún se utiliza en los juegos actuales.

SUPER OFF-ROAD

Tengo que reconocer el que Super Off-Road es una debilidad personal. Seguramente el videojuego de coches al que más horas dediqué en mi infancia. Pese a partir de una disciplina no muy conocida en nuestro territorio –lo apadrinaba 'Ironman' Stewart, un corredor 4x4 de origen americano–, su propuesta era tremendamente adictiva, lo que le permitió salir a la venta en distintas plataformas. Constaba de diferentes circuitos 'off-road' que se veían al completo en la pantalla y en los que se enfrentaban cuatro vehículos en carreras que resultaban frenéticas. Además tenía cierto componente estratégico porque cada coche tenía unas botellas de óxido nitroso que, bien utilizadas, podían significar la diferencia entre ganar o perder. Y todo ello sin olvidar que se podía mejorar el coche entre carreras con el dinero acumulado en la competición.

TEST DRIVE II

Test Drive II fue la secuela de un buen videojuego de coches que supuso una revolución en muchos aspectos. El primero, una vista desde el interior del vehículo que recreaba la conducción de una forma que no se había visto hasta entonces. Además teníamos un coche controlado por la IA al que enfrentarnos, carreteras perfectamente detalladas para la época, a la policía dificultando las cosas y tráfico al que esquivar. Un gran primer paso para los simuladores que hoy en día disfrutamos.