Mantén tus llantas de aleación en el mejor estado

Las llantas son una parte del coche que, a priori, puede parecer menos importante de lo que realmente es en el aspecto general del coche. Al contrario, de hecho, gran cantidad de comerciantes coinciden en señalar que éstas son la parte más importante en el aspecto del coche, pues un diseño inadecuado o en mal estado puede dar al traste con el mejor de los diseños de carrocería.

Dentro del campo de este elemento, las de mejor calidad son las de aleación, fabricadas en una mezcla de metales ligeros como el aluminio, que se sobreponen a las de acero o a las de plástico –a veces llamados 'tapacubos'–. Al tema del peso se le puede añadir el del diseño, que pueden ir desde las formas más simples a elegantes estéticas personalizadas para el modelo concreto de vehículo.

En el lado contrario está el consiguiente aumento de precio con respecto al resto de llantas y, sobre todo, el desgaste, pues éstas son mucho más susceptibles a la suciedad de la carretera y el polvo de los frenos que cualquier otro tipo. Ello estropea no solo el aspecto, sino también la estructura de la misma, por lo que aquí te ofrecemos unos consejos a tener en cuenta para mantenerlas en buen estado.

NO ABUSES DE LOS BORDILLOS

A la hora del estacionamiento, no es nada recomendable apurar las distancias, pues los bordillos de las aceras están a una altura ideal para rozar y rayar las llantas.

En el mismo orden de cosas, los pequeños arañazos así formados pueden repararse de manera casera si el daño no excede el milímetro de profundidad. Para su reparación se ha de lijar la superficie –protegiendo el resto de llanta y neumático– y limpiarlo después con un paño de microfibra. Finalmente, hay que rellenar la zona con una masilla especial para llantas de aleación para luego volver a lijar con un papel de grano muy fino.

Para daños mayores, en el caso de que hayan han recibido un fuerte golpe, es muy posible que la estructura esté seriamente afectada y por tanto la estabilidad de la rueda en su conjunto. Lo mejor es acudir a un taller especializado, no hay que intentar repararlas uno mismo. Allí, decidirán si es más adecuado arreglarlas o directamente cambiarlas por otra.

CONTROLA LA PRESIÓN

Sí, el mismo consejo de la presión adecuada de los neumáticos sirve también para las llantas. Una presión mayor o menor de la establecida puede hacer susceptible a la llanta de sufrir más los golpes producidos de las imperfecciones de la carretera. Aparte, con una presión extremadamente baja se corre el riesgo de desllantar.

LIMPIEZA

Existen diversos productos creados específicamente para el cuidado de las llantas, pero hay que encontrar el más adecuado para tu tipo, libres de ácidos.

Hay que hacerlo siempre en frío, con el uso de guantes y evitando el uso de cepillos o elementos abrasivos que puedan rayar y acabar con el lustre de las mismas. Asimismo, es interesante el uso de un chorro de agua a presión para aclarar, pues es la mejor manera de acabar con la suciedad más incrustada.

Finalmente conviene acabar con la aplicación de una capa de pintura selladora que evita la suciedad durante el tiempo en que ésta dura. Es importante desengrasar la superficie antes de la aplicación de esta capa.