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ASA 1000 GT: el coupé con 1/3 de motor Ferrari

30/04/2022 10:20

Ferrari y su halo de exclusividad son dos elementos que han ido siempre unidos, con más fuerza si cabe durante los primeros años de existencia de la firma. A finales de los años 50, Ferrari se veía en la necesidad de capitalizar más sus modelos de calle para financiar la división de competición, algo que no resultaba especialmente fructífero con los privativos deportivos V12 que la marca ofrecía en leves cantidades. Por lo que debieron tragarse su orgullo y realizar un herético Ferrari asequible.

Por todos los aficionados es conocido el principio de Enzo Ferrari sobre que los modelos de calle únicamente servían al propósito de financiar lo verdaderamente importante: la competición. Durante los años 50, Ferrari había producido carísimos y exclusivos deportivos con el magnífico motor V12 'Colombo', como la familia 250, que habían servido bien a este propósito. Pero se necesitaba más rentabilidad, había que fabricar y vender más modelos, aunque éstos no fueran tan exclusivos.

Pero había dos inconvenientes: el primero de ellos era el hecho de tener que fabricar vehículos en grandes cantidades, en una ventana entre 3.000 y 5.000 unidades anuales, una capacidad productiva imposible de asumir para la artesanal Ferrari de la época. El segundo era menos tangible, pues Enzo no quería 'ensuciar' el nombre de su marca con un modelo orientado al populacho. De modo que, matando dos pájaros de un tiro, relegó esta tarea a su buen amigo Oronzio de Nora y su hijo, quienes fundaron ASA –Autocostruzioni Società per Azioni– para su fabricación.

El chasis fue desarrollado por Giotto Bizzarrini partiendo del 250 GTO, mientras la carrocería era obra de Bertone. De la parte mecánica se encargaron los propios ingenieros de Ferrari partiendo del motor V12 'Colombo' pero, para abaratar los costes, decidieron recortarlo –en el sentido más literal del término– para dejarlo en un cuatro cilindros de 1.032 centímetros cúbicos alimentados por dos carburadores Weber, que producía 100 caballos a 7.200 revoluciones por minuto cuando llegó a producción. Se pudo ver un primer adelanto en el Salón de Ginebra de 1961 con el prototipo ''Mille''.


Fue ya en 1962 cuando se presenta el 1000 GT de producción en el mismo escenario, aunque no fue hasta 1964 cuando comenzó la producción. Las primeras pruebas avalaban la dinámica y concepción del modelo, sin embargo, nunca llegó a ser un éxito ni a cumplir las expectativas para las que fue concebido, y el motivo más plausible, sin duda, era su precio. El suelo americano era el principal campo de ventas para el 1000 GT, donde un Corvette con su V8 de más de 400 caballos apenas costaba el 75% del precio de un ASA 1000 GT.

El ritmo de producción ni siquiera se acercaba a las cifras estimadas: apenas un vehículo a la semana. Al cierre de la línea de producción en 1967, se estima que apenas se ensamblaron una centena de unidades, unos 90 cupés y el resto descapotables. Algunas unidades extra fueron fabricadas a partir de piezas almacenadas en stock hasta comienzos de los años 70, unas unidades que se vendían por menos de la tercera parte de lo que costaba el modelo de producción.

Actualmente, las escasas unidades existentes atraen bastante las miradas de los coleccionistas. Una unidad básica puede alcanzar un precio en subasta en torno a los 130.000 o 140.000 euros, mientras que las unidades descapotables rozan los 200.000 euros.