Adiós al Ford Fiesta: lo que pudo ser y no fue con el RS

¿Quién no hubiera deseado ver un Ford Fiesta RS surcando las carreteras? A lo largo de su historia, el Fiesta ha recibido muchas variantes, más o menos prestacionales, hasta llegar al ST de la última generación. Por el camino podemos recordar la especialísima RS Turbo de comienzos de los 90 que, con sus 133 caballos y su aura de peligrosidad, salía de manera exclusiva de la factoría de Almusafes, Valencia, donde el pasado 7 de julio se ensambló la última unidad de este icónico modelo.

Sin embargo, la marca hizo salivar a los más acérrimos en el Salón de Ginebra de 2004, lugar donde presentó un Concept Car muy especial sobre el Fiesta de tercera generación al que denominó simple y llanamente como RS Concept. El modelo parecía 100% funcional y listo para ser producido, con un interior completamente acabado y rematado.

Su origen, no obstante, da comienzo un par de años antes con la presentación de otro prototipo, el Rallye Concept, un anticipo de la montura que los jóvenes del Campeonato de Rallyes Junior tendrían a su disposición en la campaña de 2003 bajo las regulaciones de Super 1.600, sustituyendo al Puma. La estética estaba altamente recargada pero ligada necesariamente a lo visto en los coches de WRC. La mecánica partía del Duratec 1.6 —cilindrada máxima permitida— que en origen erogaba 101 caballos, pero que los equipos podían potenciar sin exceder los 233 de máxima.

El RS Concept adoptó en parte esa estética, con pasos de rueda ensanchados, llantas de 18 pulgadas y ese remarcado alerón en la parte trasera del techo. Aunque no llevaba branquias en el paragolpes delantero, éste también recibía numerosas entradas de refrigeración, así como un color azul exacto al visto en el Focus RS.

Poco se habló de la parte mecánica, pero no sería descabellado considerar el motor del anterior concepto potenciado hasta unos nada desdeñables 180 caballos, más que suficiente para estar por encima de los 155 que ofrecía el ST del momento. Las pinzas de freno y el sistema de escape recibían acabados cerámicos.

Por desgracia, y a pesar del interés de la propia marca y el equipo de rallies por llevarlo a cabo con Jost Capito a la cabeza —el mismo que llevó a Volkswagen a la gloria en el WRC y recientemente formó filas como ‘Team Principal’ del equipo Williams de Fórmula 1—, el proyecto jamás recibió la luz verde, muy posiblemente por la imposibilidad de cuadrar las cuentas. Decir que el Focus RS hacía perder a la marca unos 9.000 euros por coche fabricado si aplicamos la correspondiente inflación, por lo que fabricar otro modelo de las mismas características pero más asequible parecía una quimera.

Curiosamente, esta maniobra pudo ser un tiro en el pie para la propia Ford, puesto que tras la presentación de este modelo, las ventas de la variante ST descendieron, presumiblemente esperando la llegada de esta variante al tope de la gama, que finalmente nunca llegaría…

En 2008 sonaron de nuevo los rumores que confirmaban la llegada del mismo en 2010 según Auto Express, en esta ocasión con la generación siguiente como protagonista, una potencia por encima de los 200 caballos y sin el diferencial de deslizamiento limitado de su hermano mayor, para contener los costes. Se filtró incluso una imagen que algunos medios calificaron de 'oficial', aunque nunca se confirmó al 100%.