Si eres piloto, tu regalo de Reyes debe ser el casco Roux

Roux Helmets se ha tomado de forma literal la frase. La firma estadounidense especializada en cascos ha puesto a punto un nuevo casco refrigerado con la ayuda de Pininfarina. Una interesante innovación que no nos extrañaría que la adoptasen rápidamente muchos pilotos o copiaran otros fabricantes… aunque el casco en cuestión no se comercializará hasta el próximo octubre… así que todo quedará para Papá Noel de 2020 o Reyes de 2021.

A nadie se le escapa que la FIA está preocupada por el calor que deben soportar los pilotos. Los equipos, también. No es una cuestión baladí, el exceso de temperatura en el copkit incrementa la fatiga, disminuye la concentración e incluso llega a provocar desmayos.

En Fórmula 1 y otras categorías, los pilotos intentan evitar la deshidratación bebiendo líquidos ricos en sales antes de la prueba y también mientras conducen, pero no siempre es suficiente y, en ocasiones, tras unas pocas vueltas, el líquido en cuestión alcanza temperaturas que no invitan precisamente a beber.

El problema es tal que en las categorías de Le Mans es obligatorio que los coches monten un sistema de aire acondicionado si la temperatura del copkit supera un determinado nivel, 32 ºC. Algunos logran resolver el problema con entradas de aire fresco en el copkit, pero no siempre es factible.

Fue Jacky Ickx el primero que afrontó este problema y lo hizo en un Dakar. El Mercedes 280 GE que pilotó estaba no sólo equipado con aire acondicionado, sino que el puesto de conducción estaba presurizado. Ickx logró que Mercedes matara dos pájaros de un tiro: el exceso de polvo en la cabina, un problema para la conducción y el calor. Fue en 1983, el primer año que el Dakar visitó el desierto del Teneré e Ickx era la envidia del campamento: llegaba fresco a los finales de etapa y logró la victoria. Claro que el belga tenía la experiencia de 1981, cuando corrió el Dakar con un Citroën CX, que llevaba ya aire acondicionado: por entonces no había prácticamente porciones 'hors pistes' ni grandes dunas.

El casco de Roux complementará los monos o chalecos refrigerados que ya han usado alguna vez los pilotos de Fórmula 1. Integra un sistema de refrigeración por agua integrado en la carcasa de fibra de carbono. El sistema, denominado CoolX y patentado por Roux, recircula agua mantenida a 52 grados por un enfriador.

Es más, el casco incluye una manguera integrada para beber agua y un sistema de audio –micrófono y altavoz– para escuchar mensajes y que dispone de sistema de neutralización de ruidos.

Si esto es importante, mucho más puede serlo –desde el punto de vista de la seguridad– un sistema exclusivo que permitirá a las asistencias sacar el casco sin ejercer presión sobre el cuello del piloto y de forma muy rápida. Es un detalle que puede ser clave en casos de emergencia.

Roux espera lanzar una familia de modelos, siete en total, adecuados a los monoplazas y a los coches cerrados, entre 1.700 y 4.400 euros. Los destinados a los monoplazas o coches abiertos incluso contarán con un pequeño alerón extraíble.