Sébastien Ogier y Citroën inician su temporada 2019

Hoy, en Algarve, la victoriosa pareja se ha subido por vez primera a un Citroën C3 WRC, el coche que pilotará el próximo año. Un primer test precedido de una visita a la sede del equipo cerca de París con el fin de comenzar a trabajar juntos: saludar a algunos viejos conocidos de hace siete años, cuando ya fue piloto oficial de la marca, y conocer a los que llegaron más tarde; también comenzar a definir la posición de conducción y otros muchos detalles.

Citroën y Ogier afrontan un gran reto. El coche francés ha tenido estos últimos años algunos problemas de eficacia, pero ya antes de finalizar la temporada introdujeron mejoras en el motor y las suspensiones.

Ogier todavía no ha vestido los colores de Citroën ni los de los patrocinadores del equipo francés; no lo hará hasta el 1 de enero, pero sí los de Red Bull en el caso, como es habitual ya que la marca de bebidas energéticas le seguirá apoyando.

El test, que proseguirá mañana, se centro en la zona de Almodovar, que fue escenario del Rally de Portugal cuando éste se disputó en el Algarve entre 2007 y 2014.

"Hay mucho trabajo que hacer para conocer el coche y ponerlo a mi gusto", dijo el piloto francés, consciente de que en ese tiempo que resta hasta el Rally de Montecarlo tendrá que guardar la pausa navideña, y realizar ulteriores test tanto. A estos dos días sobre tierra en Portugal deben seguir dos días más sobre asfalto, para completar la pretemporada. Puede parecer poco pero duplica con creces lo que hizo cuando llegó a Ford.

Ogier ha firmado por dos años por el equipo francés y dice que será su último contrato, aunque no dejará el deporte del motor... aunque son muchos los que piensan que si tiene ocho títulos en el bolsillo la tentación de igualar cuanto menos a Loeb será muy fuerte.
Antes de este test de Ogier, Esapekka Lappi también tuvo oportunidad de rodar dos días con Citroën. El ex piloto de Toyota recibió como regalo de despedida de sus patrones de Toyota un diccionario de francés.