Los tifones, una constante en el GP de Japón

Cinco Grandes Premios han estado afectados por tifones: 1976, 2004, 2007, 2010 y 2014. En 2004 y 2010, la clasificación del sábado se pasó al domingo. Y en prácticamente todos ellos hubo consecuencias para el Mundial y la Fórmula 1.

He vivido dos de ellos estando yo en Japón: 2004 y 2007. El primero obligó a anular los ensayos del sábado en Suzuka, a prohibir los accesos al público. El segundo fue en Fuji, ya en carrera. Francamente, el de Suzuka fue un aprendiz al lado de aquel domingo en Fuji.

Pero hay que tener en cuenta el más importante de todos: 1976. El año en el que Niki Lauda llegó líder a la última carrera del campeonato con tres puntos de ventaja sobre James Hunt, a pesar de su accidente en Nürburgring.

El domingo apareció el anunciado tifón. La lluvia fue infernal. La salida de la carrera se fue posponiendo. Lauda era de los que querían aplazar la prueba o suspenderla, pero otros querían correr. Hunt salía en primera línea, Lauda en tercera posición detrás.

Pero Bernie Ecclestone decidió que se diera la salida en cuanto la lluvia amainó ligeramente. No era cuestión de perder los ingresos por los derechos de televisión. Niki sabía que estaba en inferioridad de condiciones; las cicatrices de su rosto quemado le impedían parpadear; en condiciones de baja visibilidad iba a sufrir.

Niki tomó la salida. Se colocó tercero tras Hunt y Brambilla…. y dos vueltas después entró en boxes: "Es demasiado peligroso. No se ve nada. Tengo miedo", dijo. En Ferrari le dijeron, "¿Quieres que digamos que fue un problema técnico?". "No, decid la verdad", se limitó a decir.

La carrera fue caótica. Hunt sufrió un pinchazo a poco del final y se retrasó, pero remontó y terminó tercero. En aquel momento no sabía que era campeón del mundo, porque no estaba seguro de en qué posición había acabado.

En 2004, el supertifón Ma-on se abatió el sábado sobre Suzuka. La verdad es que al final no fue tanto como se pensaba, aunque sí fue ciertamente importante. Se anuló todo el sábado y la clasificación se pasó al domingo por la mañana, en el momento previsto para el 'warm-up'.

En 2007, el sábado llovió con cierta intensidad en Fuji y los cronos de clasificación se resintieron. Lo peor fue que la carrera, bajo un fuerte tifón, fue un tanto esperpéntica y a la postre fue clave para que Fernando no alcanzara el título. Se dieron las primeras 18 vueltas detrás del coche de seguridad. Al darse la bandera verde, Lewis Hamilton y Fernando Alonso estaban delante y los Ferrari de Felipe Massa y Kimi Räikkönen en las últimas posiciones. Estaban obligados a parar para poner gomas de lluvia extrema, que Dirección de Carrera había convertido en obligatorias. En Ferrari dijeron que la orden no les había llegado a tiempo.

Tras el repostaje, los McLaren acusaron un problema durante algunas vueltas. Alonso perdió varias posiciones y tuvo un toque con Sebastian Vettel, en el que perdió un deflector. Y vino otro coche de seguridad. Lewis estaba en cabeza, Vettel en segunda posición y Alonso tercero. Pero Fernando perdió el control cuando se dio la salida en la vuelta 41 y se fue contra el muro. Esos puntos le acabaron costando el título. A Hamilton lo investigaron por provocar acelerones y frenadas bajo el Safety-Car, que desenbocaron en el toque entre Mark Webber y Sebastian Vettel. Massa, Kovalainen y Räikkönen también tuvieron problemas. Al final Heikki Kovalainen terminó segundo y Kimi Räikkönen, tercero.

En 2010, la lluvia se desencadenó el sábado. Sólo dos pilotos –Jaime Alguersuari, Timo Glock– marcaron un tiempo. Algunos hicieron vuelta de instalación. Michael Schumacher paró el coche en la salida del box porque no se podía rodar. La clasificación fue inmediatamente pospuesta para el domingo por la mañana.

El último tifón, el Phanfone, de 2014, es muy recordado por los aficionados. Jules Bianchi perdió el control y se fue contra una grúa que estaba intentando sacer un coche que se había salido, el de Adrian Sutil. Fue une muerte muy llorada y que provocó críticas a la FIA por cómo gestionó el rescate.

Charlie Whiting no quiso emplear el coche de seguridad, sino que intentó gestionar el accidente de Sutil con banderas amarillas. Puede que Bianchi fuera un poco rápido –213 kilómetros/hora, según se dijo en su momento–. Hubo controversias sobre si las banderas eran visibles para los pilotos, pero para Bianchi esos detalles ya carecían de importancia.

Se quiso posponer la carrera al lunes, pero los equipos debían salir corriendo a Sochi para correr el siguiente fin de semana. Se intentó variar el horario, pero los propietarios del circuito se negaron porque si lo adelantaban muchos fans no podrían acudir al circuito, en tanto que la mayoría de ellos llegan a Suzuka en tren y los horarios de televisión están ahí para respetarse.

Pierre Gasly seguro que añadiría otro, cuando en 2017 la anulación de dos carreras de la SuperFormula le impidió jugar sus bazas por el título. Pero él ya tenía un pie en la Fórmula 1. Red Bull había decidido apear a Daniil Kvyat.