Leclerc, a sacarse el mal fario de Mónaco

Pero para Charles Leclerc es mucho más que eso. No es casa, sino 'su casa'. Es el único monegasco de la parrilla y no ve la hora de sacarse el 'sambenito' del que para él es el GP del 'mal fario', como si le hubieran echado mal de ojo.

Ha corrido cuatro veces aquí en Fórmula 1 y otra en F2 –dos carreras–. ¡No ha pisado la meta nunca!

En 2017, en la F1, salió primero y segundo en ambas carreras, pero en la primera rompió suspensión y en la segunda tuvo un problema eléctrico.

En 2018, en la F1 ya, con Sauber, abandonó tras un toque con Brendon Hartley –Toro Rosso–, cuando quería arrebatar la 12ª plaza al neozelandés en la vuelta 70. Un problema de frenos se invocó como causante.

En 2019 sus esperanzas sufrieron un duro revés por un error táctico en la clasificación de Ferrari. Estaban tan confiados en que pasaba a Q2 que decidieron no hacer un segundo intento, pero la misma mejoró mucho y cuando se dieron cuenta, Charles estaba ya fuera de la Q2 sin poder remediarlo. Al final, con las penalizaciones por cambios de motor, salió desde la 16ª posición pero debió abadonar. Pinchó una rueda e intentando llegar al box la perdió. Volvió a pista, pero comprobó que había daños en la suspensión y tuvo que retirar el coche.

En 2020, la covid-19 anuló el GP de Mónaco y el año pasado había logrado la Pole, pero se estrelló en la zona de la Piscina en un segundo intento, lo que obligó a sacar la bandera roja y muchos de los rivales debieron abortar el segundo intento y sus esperanzas de desbancarle. Dañó de forma notable el coche, pero pudieron repararlo a tiempo para la carrera y sin penalización, por lo que conservó la Pole. Al salir a la vuelta de formación, se encontró con un problema de transmisión, un palier roto, que le impidió tomar la salida.

Pero Mónaco es como una ruleta. Un juego en el que muchas veces se pierde, pero de repente sonríe la diosa fortuna. Charles cree que esta vez ya le toca y que ha gastado toda la mala fortuna en los años anteriores. Pero los designios de la ruleta son siempre caprichosos.