Las incógnitas de los test (I): Ferrari o el veredicto de la velocidad punta

Los universitarios seguro que se acuerdan de los exámenes de selectividad. Esos que en mi época te permitían seguir en la carrera seleccionada o te obligaban a abandonarla. Hoy debes puntuar al máximo para alcanzar la nota de corte necesaria en el acceso.

Por eso serán los motoristas de Ferrari los más nerviosos ante este test. Esperan como agua de mayo el veredicto de los test de Sakhir. Su larga recta debe darles una información precisa sobre las mejoras aportadas al 'anémico' motor de 2020.

Aunque la resistencia aerodinámica, otro punto débil del SF1000, haya mejorado y contribuido a mejorar la velocidad punta, el factor potencia del motor es determinante y desean constatar si la ganancia mostrada en el banco también se traslada a la pista.

Los técnicos de Ferrari tendrán a su disposición sus datos, pero también los de Haas y Alfa Romeo para poder establecer la comparación y tratar de discernir en cuánto han logrado cerrar la brecha con los restantes propulsores.

En la última carrera de Sakhir el año pasado –da igual que la configuración del trazado fuera la del 'anillo' periférico, porque la recta principal es la misma– Sergio Pérez logró los 342 kilómetros/hora en clasificación, mientras que Vettel y Leclerc debieron conformarse con unos pobres 326,1 y 325,6; son más de 15 kilómetros/hora de diferencia. Hemos tomado las velocidades de clasificación porque a priori no entra el factor distorsionador de la aspiración, que permite ganar unos kilómetros/hora en lo que a la punta se refiere cuando se va a rebufo de otro coche.

No les extrañe que, al menos el primer día, en Ferrari dediquen un tiempo a estudiar la punta, parafina incluida, y se olviden del tiempo de vuelta, incluso cargando de más el coche para simular el la resistencia aerodinámica del año pasado.

Las indicaciones obtenidas serán preciosas. Saber la potencia ganada, conocer la diferencia con los otros propulsores –que habrán evolucionado a la vez– y decidir cómo se desarrolla el motor de cara a 2022, antes de que entre en vigor la congelación del mismo y condenen al rezagado a tres temporadas a remolque de los de cabeza.

Esperan el veredicto no sólo los de Ferrari, sino también los rivales, sobre todo los de segunda división. Quieren saber si Ferrari se convierte para ellos en enemigo a batir o bien es uno más en la batalla.

Y es que sin caballos de potencia no hay paraíso. La aerodinámica tiene libertad de evolución –sólo limitada por el número de horas de túnel de viento y terabytes de CFD disponibles– pero el motor no. Durante el año las mejoras estarán limitadas… y congeladas al terminar el mismo.