La perversa crueldad de la F1 con los jóvenes

26/09/2018 12:52

McLaren hace lo propio con Lando Norris, aunque sea a costa de un Stoffel Vandoorne que, pillado entre el fuego cruzado de un coche deleznable y un Alonso depredador, cae víctima de la falta de resultados –no tenía demasiados mimbres para hacerlos– cuando posiblemente comenzaba a estar formado para obtenerlos.

Contrasta esta apuesta por los jóvenes –pese al sacrificio de Vandoorne y de Ericsson en Sauber– con lo que sucede en los otros dos grandes programas de formación de pilotos, los de Mercedes y Red Bull.

Toto Wolff no sabe qué hacer ni con Esteban Ocon, señalado por muchos como una de las estrellas del futuro, ni con George Russell. El austriaco quizás se precipitó, en aras a la batalla por el resultado inmediato –los título de este año– al renovar a Valtteri Bottas y se ha quedado sin volante propio para sus futuras promesas.

Wolff esperaba que, dada la indudable calidad de sus pilotos, podría colocarlos en algún equipo…. Y es cierto que interesan, ¡pero pagando!  Y Toto no quiere aflojar el bolsín de los cuartos y comienza a pensar en un año sabático para sus retoños, que estos encajarán mal. 

Lo más sorprendente es que Toto diga que Ocon aún debe acabar de formarse, pese a sus resultados con Force India, pero en la era de prohibición de los test, parece complicado que lo logre fuera de la F1 –las otras categorías están a a años luz de exigencia tecnológica– o limitándose a los trabajos del simulador.

Es cierto que Force India aún no ha confirmado a sus pilotos 2019 –uno debe ser Stroll y el otro apunta a Sergio Pérez, con sus apoyos mexicanos– y también Williams debe definirse. Pero no parece nada claro que apuesten por Ocon. Ambos equipos necesitan dinero en efectivo urgente.

Y hay un tercer paradigma: Toro Rosso. De repente, la pirámide más prolífica de los últimos tiempos, ha decubierto que ahora tiene pies de barro. Tiene dos asientos libres y ningún piloto propio capaz de ocuparlos. Hay movimientos para forzar a que Ticktum logre la superlicencia como sea y para el otro, o se ficha o se recupera a algún descartado, como Daniil Kvyat. La continuidad de Brendon Harttley parece que no lleva a ningún lado.

Es cierto, tanto Russell como Ocon gustarían… pero no mientras sean pilotos Mercedes. En otras palabras, o Toto los libera o se los 'come con patatas'. De ahí la maniobra desesperada de Wolff por conseguir que se admita un tercer coche.

Ahora son muchos los que echan en falta un equipo pequeño, como lo fue en su día Minardi, cuya esencia era dar la oportunidad a jóvenes valores, pero desgraciadamente con la F1 actual, eso es algo inviable, como resulta imposible formar a los jóvenes con 15, 20 ó 30 mil kilómetros de test, como sucedía hace una década larga.

Y por eso Wolff se está cuestionando si los millones gastados en la formación en categorías inferiores tienen sentido. Puede ser más barato y práctico fichar a un piloto que ya ha demostrado talento personal... si es que los pilotos de talento tienen oportunidad de poderlo demostrar. Para algunos, entrar en una filial era la única oportunidad de estar en condiciones de hacerlo.

El problema, en el fondo y en la forma, no es de Mercedes ni de Red Bull…. sino de la propia F1 y del automovilismo, cuyos costes son desorbitados desde el primer paso. Un paso que ya es imposible para muchos y que cada nuevo peldaño resulta más complicado.

Ya lo dijimos en su momento, hace menos de 20 días: hay que estar en el momento oportuno y lugar oportuno para que se te abra la puerta o los medios suficientes como para abrirla pese al que le pese.