La Fórmula 1 ha perdido una ocasión de oro

Uno tiene la impresión de que FIA y Liberty Media han echado por la borda una ocasión única para tomar las riendas de la gobernanza de la Fórmula 1. Sin Pacto de Concordia en vigor, era un momento idóneo para impulsar unas reglas más racionales y más estables, que dependan menos de las necesarias componendas con los equipos y del dinero

Digo impresión, que no certeza, porque no sé hasta que punto existen otro tipo de pactos o letra pequeña sobre el particular. Y tampoco sé si la FIA se siente prisionera de los equipos actuales –al menos de los grandes– ante el temor de que pudieran no adherirse al futuro Mundial –y dejarlo sin motores, por ejemplo– o montar uno paralelo, peligro muchas veces evocado, aunque de materialización difícil, como se visto en ocasiones anteriores.

De las reglas de 2021 se habla desde 2017. Es decir, llevamos ya casi tres años discutiendo y sabiendo que hay una fecha límite, el 30 de junio de 2019, para su publicación, dado que son cambios de gran calado. Sólo con acuerdo unánime se puede retrasar esta fecha; es lo que quieren los equipos grandes, que están de acuerdo en octubre como fecha nueva, pues estiman que las reglas están aún muy verdes en aspectos clave.

Desde que comenzó a hablarse de las reglas de 2021, las que se ven como las reglas de la esperanza para los fans, a cada pequeño avance parece que le siguen un par de pasos atrás. Se dan cosas como avanzadas y casi hechas, para rediscutirlo todo de nuevo 48 horas más tarde a lo sumo… quizás tras transcurrir el tiempo necesario para que las fábricas hagan unos primeros cálculos y simulaciones.

Lo cierto es que la Fórmula 1 parece que se encamina hacia el precipicio. Parece que todos lo saben pero ninguno es capaz de salirse de la formación, ni para bien ni para mal. No sé si es romanticismo, cortoplacismo, miedo a cambios sustanciales, falta de miras, afán de protagonismo o batalla de egos. O quizás es simplemente el miedo a los cambios, que les lleva a dejarlo todo para el último momento o quizás sea por una postura estética de llegar al acuerdo cuando todo parece roto mil veces.

Y es que lograr unanimidad entre los equipos es difícil. Los intereses de los grandes divergen de las necesidades básicas de los pequeños. Ya se ha visto en el límite presupuestario: techo inalcanzable para los pequeños y que los grandes quisieran alzar o al menos contornear, para sacar algunas partidas más de la contabilidad de los mismos.

Las nuevas reglas que se discuten deben gobernar la Fórmula 1 entre 2021 y 2025. Esto coincide con un periodo clave de transformación de la industria del automóvil, ya son varios los países europeos –Francia ha sido el más reciente– que han puesto fecha de caducidad de los motores térmicos para 2040, pero está claro que el declive comenzará antes.