François Perrodo, el piloto que puso Diesel a su McLaren

Era una broma a resultas de lo que el propio François Perrodo explicó en su Instagram hace unos días. Un error al reposar su McLaren F1 GTR un día que salió a hacer una excursión con unos amigos, cada uno de ellos al volante de un coche de ensueño.

Tras 25 años de vida dedicados al negocio del petróleo hizo 'la madre' de todas las tonterías. "¡Le puse Diesel a un McLaren F1 GTR! La tormenta perfecta", señaló.

Para un hombre que vive del petróleo, que es piloto y a la vez coleccionista, el error es imperdonable… pero Perrodo se lo tomó con un humor y justificó su error.

"No sé qué pasó por mi cabeza en ese preciso momento. Estaba tan feliz y emocionado que agarré la primera boquilla disponible, que por cierto era azul como la del 97 Ultimate, y comencé a llenar el depósito".

"En primer lugar, si hubiera sido un automóvil moderno, la boquilla no habría encajado en el orificio del depósito –recordemos que las entradas de los depósitos de gasolina son en la actualidad de menor diámetro que las de los depósitos de gasoil–. Pero el GTR es un automóvil de carreras, con una gran apertura".

"En segundo lugar, si hubiéramos estado en Francia, la boquilla Diesel hubiera estado sucia y maloliente. ¡Pero no fue así en BP Chiswick! Estaba tan limpia y seca como una de gasolina".

"Y en tercer lugar, ¡ninguno de mis amigos me avisó! Estaban demasiado ocupados admirando a 'Larky'".

'Larky' es como Perrodo llama a su magnífico McLaren F1 GTR. No es un ejemplar cualquiera. Va pintado con los colores de Lark, los mismos que llevaba este ejemplar en 1996 cuando ganó el Campeonato de Super GT. Un ejemplar que adquirió Perrodo y consiguió matricular en Gran Bretaña para poder circular con él, como pensaba hacer ese domingo.

"Así que quiero dar un consejo muy importante a los propietarios de un McLaren F1. Es un coche brillante y Gordon –Murray– no hizo concesiones… excepto una, no funciona con Diesel" y añadió que "un McLaren F1 GTR es algo épico, un F1 TDI no tanto".

Tras admitir que sus amigos aún se ríen "y hasta el perro lo hace cuando vuelve a casa", Perrodo dijo con humor que "el camino de redención será largo y duro. Estoy condenado a conducir coches eléctricos hasta el fin de mis días", añadía Perrodo.

Y pensando en ello compartió que ya ha escrito su epitafio: "Aquí descansa FP, buen esposo, buen padre, un autentico 'petrolhead'. Múltiple campeón del Mundial de Resistencia y ganador de las 24 Horas de Le Mans. Pero sobre todo, el único hombre que ha llenado un McLaren F1 con Diesel".

Para reparar el desaguisado, pese a ser domingo, Perrodo llamó a Paul Lanzante, el mejor preparador de McLaren y éste reparó el entuerto… aunque no pudo hacerlo a tiempo para que la salida de Perrodo y sus amigos pudiera completarse. Eso sí, Lanzante puso alredor de la boca de gasolina del McLaren la misma inscripción que ahora han copiado los mecánicos de AF Corse.

Lo han adivinado, Perrodo no es un piloto como los demás. Es de los pilotos con más títulos WEC en las parrillas actuales… aunque sean en GTE Am, tres. Los lectores más veteranos de Soymotor.com quizás recuerden que le dedicamos un artículo en 2018, cuando corría en LMP2.

Tras tres años en LMP2, decidió volver a GT en 2020 al entender que en LMP2 había un alto nivel de profesionalización. Pero este año ha decidido volver a LMP2. Puede permitírselo y puede permitirse el verse arropado por los mejores pilotos… aunque él le da fuerte al acelerador. Este año, con el Oreca Gibson, tiene a Nicklas Nielsen y Alessio Rovera acompañándole.

Tiene experiencia en resistencia, donde está presente de forma asidua desde 2013… prácticamente cuando 'debutó'. La suya fue una vocación tardía –comenzó a los 30 años–, pero intensa. Este año ha estado en las Asian Le Mans Series, estará en el WEC y en las ELMS.

No le faltan medios, desde luego. Su madre y él son los patrones de Perenco, sociedad con sede en Londres dedicada al comercio del petróleo y el gas; también tienen intereses en el mundo del vino.

En 2018 era el más rico de los hombres vinculados al motor; la fortuna del imperio familiar era de 6.500 millones de euros, superando claramente a los rivales, incluido Bernie Ecclestone. Podría permitirse la F1, si quisiera, con tanta o más facilidad con los Stroll, Mazepin o Latifi.

Tal es su pasión que en las últimas 24 Horas de Le Mans hizo el viaje –no sé si desde Londres o sólo fueron los últimos kilómetros– con la que es quizás la gran joya de su colección, un auténtico Ferrari GTO. Quizás quiso rememorar que en su época, los Ferrari GTO salín de Maranello por carretera rumbo a Le Mans; esos kilómetros les servían para rodar sus motores.

No, lo suyo no es un capricho, sino pasión y la vive como un profesional.