De La Rosa y Gené, recuerdos de un doble debut en F1 hace 20 años

Un Gran Premio curioso aquel. Porque tras el Ferrari de Eddie Irvine fueron dos motores 'cliente' los que subieron al podio, un Mugen Honda –que equipaba el Jordan de Heinz-Harald Frentzen– y un Supertec que Ralf Schumacher llevaba en el Williams Mugen era una empresa del hijo de Soichiro Honda, que realizó un motor de F1 sobre una base muy parecida al Honda, y que apareció en escena en 1992 y dando continuidad al proyecto cuando el gigante japonés decidió marcharse de la F1.

Supertec fue el nuevo nombre que Flavio Briatore empeñó para comercializar el que había sido motor Renault de F1, y que en 1998 se llamaba Mecachrome –un proveedor de Renault F1– y que Benetton uso con el nombre de Playlife.

Fue un GP con muchos abandonos. Sólo ocho pilotos cruzaron la línea de meta y uno de ellos... ¡nada menos que Michael Schumacher!, doblado. Un GP en el que Pedro realizó un carrerón, acabando en la vuelta del ganador y conteniendo a su compañero de equipo Tora Takagi. 

Hacía diez años que no había pilotos españoles en F1, desde que Luis Pérez Sala lo había dejado. Y el hecho de ser dos daba un áurea especial a ese GP de Australia, que multiplicó las audiencias televisivas de años anteriores.

Para mí, muchos gratos recuerdos. Pedro y Marc eran dos personas muy cercanas... aunque sus caminos hacia la F1 fueron muy distintos. Pedro, a través de la F3 Británica y Japonesa, donde consiguió ganar los dos grandes campeonatos: Súper Fórmula y SuperGT. Marc, tras llegar hasta la F-3000, por un golpe de fortuna, la creación por parte de Jaime Alguersuari del Open Telefónica by Nissan que ganó con un coche de Adrián Campos y una negociación casi surrealista de último momento entre el responsable de Telefónica para marketing en aquel momento y Giancarlo Minardi y Gabriele Rumi, el patrón de Fondmetal que se había hecho con la mayoría del equipo; una negociación rota que Alguersuari pudo recomponer en el último segundo.

Para mí un momento muy grato ese GP de Australia. Fue el inicio de mi primera temporada 'completa' de F1, que simultaneaba con el Mundial de Rallies, porque con el retorno de Carlos Sainz a Toyota y las ganas de los aficionados de un tercer título del madrileño. No había presupuesto previsto en Mundo Deportivo para hacerlo, pero como también trabajaba en Solo Auto, la revista creada con Jaime Alguersuari, pude encontrar con la ayuda del caballero del motor que es Juan Fernández, uno de los mejores pilotos de la historia de nuestro automovilismo, que a través del concesionario VW que tenían sus hijos, patrocinó la 'aventura'.

Recuerdo muchos detalles de aquella carrera. Por ejemplo, la conferencia de prensa previa del jueves, aunque Pedro ya había sido protagonista el día anterior, miércoles, porque se hizo un partidillo de fútbol en el mismo Albert Park entre pilotos y periodistas y Pedro marcó dos goles y dio tres asistencias, además de marcar en la tanda de panales que dio a los pilotos el triunfo tras el empate a cinco con el que finalizó el encuentro. Por entonces Schumacher jugaba en un equipo de la Segunda División Reginal suiza amateur y dejó claro que no sólo en la pista era el mejor de los pilotos, marcando tres goles.

Volviendo a la conferencia de prensa, Schumacher dio la bienvenida a los dos novatos y estos se explicaron en su primer 'acto oficial' de como pilotos de F1. Ambos coincidieron en decir que ahora empezaba todo para ellos: "Ahora viene la parte más difícil, demostrar lo que vales en F1. Estoy dispuesto a aprovechar la oportunidad que se me brinda", dijo Pedro mientras Marc corroboraba: "porque lo que has hecho hasta ahora no sirve de nada. Hay una radical diferencia entre la F1 y las categorías inferiores. En estas sobresale especialmente el piloto, mientras que en F1 entrar muchos factores: el equipo, el coche, la táctica, el compenetrase con los ingenieros...".

Dejaron huelle en ese momento. Estaba junto a Josep Viaplana –de Sport y en la actualidad también Autohebdo– cuando Pat Behar, el jefe de fotógrafos de la FIA, se nos acercó: "¿De donde los habéis sacado?". Tanto Josep como yo comenzamos a explicarle la trayectoria deportiva de ambos... pero Pat nos cortó: "No, no. Eso ya lo sé. Lo digo porque son diferentes a los demás". Y entonces le dimos la respuesta que buscaba: "Marc ha hecho Económicas en Gran Bretaña mientras corría en F3 y la propia Margaret Thatcher le dio el dio el título. Pedro comenzó arquitectura, pero al ir a Japón intentó hacer Económicas a distancia, aunque no acabó". Y Behar asintió: "Tienen estudios. ¡Por eso son diferentes!".

Por supuesto, recuerdo que Tom Walkinshaw, el patrón de Arrows, no dudo en fichar a una modelo espectacular, Chantal Spurling, para un posado con el coche, foto que dio la vuelta al mundo.

Mientras Pedro tenía una progresión más o menos normal, al menos que un equipo de fondo de parrilla, Marc tuvo problemas desde el inicio. Y no lo decimos por los 1.250 dólares de multa por sobrepasar la velocidad en boxes, sino porque llegó con menos de 500 kilómetros de pruebas –Pedro había sido probador de Jordan el año anterior y llegaba con algo más de rodaje– sino porque incluso debió modelarse el asiento en el mismo trazado.

Pedro dijo a propósito de esto que "ser probador es una cosa y ser titular otra". 

Llevaba casi año y medio sin una carrera. Pero en un par de vueltas te das cuenta que es como todo: un motor, un cambio, unas suspensiones y el acelerador. La mayor diferencia es el interés que despierta en los medios de comunicación y la afición... "y por la cantidad de gente que trabaja a tu alrededor". Y Marc de señaló que "cuando estas en categorías inferiores ves a Schumacher, Häkkinen y demás como divinidades, pero ahora estas con ellos y te das cuenta que son seres humanos y puedes intentar llegar a su altura".

Los problemas de Marc se saldaron con un gran disgusto o con momentos de angustia. Minardi no llegó bien preparada. Badoer se clasificó recurriendo al muleto que llevaba los reglajes iniciales; los ingenieros se habían perdido por el camino y Gené se quedó a tres décimas del crono de clasificación... pero los comisarios validaron que era una situación especial y lo repescaron.

La carrera vio el abandono de Marc, cuando se había colocado –poco antes de media carrera– justo detrás de Pedro. De la Rosa supo mantener el ritmo y sacar partido de los muchos errores de sus rivales... precisamente lo que cierta forma había pedido en día anterior, "una carrera tormentosa, porque para los que salimos atrás podemos beneficiarnos de ello". Sólo ocho de los 22 pilotos que tomaron la salida cruzaron la meta. Marc no tuvo tanta suerte. Justo al finalizar la segunda neutralización, Jarno Trulli le tocó por detrás... Curiosidad: Jarno había sido el piloto que había acompañado el jueves a Marc para reconocer el circuito. Y hubo suerte, porque el Minardi no tocó de rebote al Arrows de Pedro por muy poco.

Al final, Pedro estaba eufórico: "Ha sido la carrera más loca de mi vida. Por cierto, ¿quién ha ganado?", dijo nada más bajarse del coche. Y después añadió que "tras llegar y besar el santo, sumar mi primer punto, ahora quiero más sueño con ganar... pero soy realista, repetir algo así será muy difícil". Para De la Rosa fue un momento muy emotivo "y si hay que dedicarlo a alguien, me lo dedico a mi mismo. No soy egoísta, pero me lo merezco porque he luchado mucho por ello".

Pedro fue así el cuarto piloto español en sumar un punto en el Mundial, y el 12º desde 1970 que lograba puntuar en la carrera de su debut. Las palabras de Pedro fueron casi proféticas: no logró ningún punto más ese año... claro que si hubieran puntuado diez pilotos como ahora en lugar de seis, lo habría hecho en otras dos ocasiones. 

A Marc le llegaría el punto más adelante, en Nürburgring, justo el lugar donde Tom Walkinshaw organizó para Pedro una 'Fiesta Española', con las miembros de catering del equipo vestidas de faralaes, decorado de farolillos y música flamenca. Tanto jaleo armamos que Briatore, Naomi Campbell y otras figuras que estaban en una recepción en el equipo contiguo no dudaron en apuntarse al olor de la paella, la tortilla de patatas o el Jabugo... pero esa es otra historia.

Pedro y Marc llegaron a Barcelona casi juntos de Australia. En el mismo vuelo... pero Marc tardó unos minutos más por tener que denunciar el extravió de su equipaje. El recibimiento fue tan multitudinario que Pedro llegó a decir: "Si esto es ahora, no puede imaginarme lo que será el día de un podio o de una victoria". 

Y confesó que se había emocionado "al ver a todo el equipo celebrado en resultado sobre el muro cuando atravesé la meta y sobre todo al oír a mi ingeniero llorar por la radio". Todo ello mientras Reyes, entonces novia de Pedro, lo vivía un poco de incógnito: se había hecho daño en el pie en Australia y tuvo que recurrir a unas zapatillas de Pedro para poder calzarse... pero a buen seguro que dio por bueno el haber renunciado a su carrera como jugadora de hockey hierba, incluso a unos JJ.OO., por seguir a Pedro.

Un Gran Premio en el que aprendieron muchas cosas. También que los grandes intentan establecer una barrera, minar la moral a los novatos, pero también pilotos que saben apreciar y felicitar al rival.

Un Gran Premio que no olvidaré nunca por muchos motivos y que en el fondo abrió camino para lo que iba a llegar después. Curioso, de aquella época son pocos los pilotos que han seguido en el paddock de forma asidua. Los dos lo han hecho y siguen haciéndolo.